El Papa lleva el Jubileo a la cárcel de Rebibbia - Alfa y Omega

El Papa lleva el Jubileo a la cárcel de Rebibbia

Los presos esperan con ilusión y una sorpresa a Francisco, que ha querido hacer una excepción para abrir el jueves la Puerta Santa en este centro penitenciario

Victoria Isabel Cardiel C.
El Papa Francisco lava los pies a una reclusa en la cárcel de mujeres
El Papa Francisco lava los pies a una reclusa en la cárcel de mujeres. Foto:

Nada más saber que el Papa se desplazaría este jueves hasta la cárcel de Rebibbia para abrir allí otra Puerta Santa —con la apertura de la de san Pedro el pasado martes inauguró el Jubileo— algunos reclusos «se activaron para confeccionarle un regalo». Fue un «gesto espontáneo» al que ya han dado forma en uno de los talleres de artesanía de este centro penitenciario donde aprenden a esculpir la madera, asegura su directora, Teresa Mascolo. Los internos devienen en ebanistas en el espacio dentro de la prisión llamado Metamorfosis, impulsado por la asociación Casa del Espíritu y de las Artes, donde transforman las maltrechas barcazas que transportan a los migrantes del Mediterráneo en distintos objetos. Por ejemplo, «rosarios que luego se entregan al Vaticano», explica la funcionaria italiana que, para no romper la magia de la sorpresa, prefiere no dar más detalles sobre el especial obsequio. Además, en el árbol de Navidad iluminado justo delante de la iglesia del Padrenuestro —la capilla del recinto en la que precisamente está la Puerta Santa— han colocado «algunas frases con un significado simbólico» elegidas por ellos. Francisco celebrará allí una Misa que servirá como bálsamo para aliviar las consecuencias de una vida no siempre fácil. Las celdas de Rebibbia, todas pequeñas y frías, están llenas de historias de los desgarros que han provocado sus tropiezos. Los internos han cometido delitos, algunos muy graves, pero tienen derecho a volver a empezar. A veces solo necesitan «un hombro sobre el que llorar para poder vislumbrar una nueva vida», asegura Mascolo. Porque entre esos muros también existe el bien. Los presos crean «una sociedad carcelaria. Muchos comparten sus bienes con los que no tienen una familia que los apoye».

Otras puertas

29 diciembre, 10:00 horas: El Papa abre la Puerta Santa de San Juan de Letrán, su catedral.

1 de enero, 17:00 horas: En la solemnidad de Santa María Madre de Dios, abre la Puerta Santa de Santa María la Mayor.

5 de enero, 10:00 horas: Abre la Puerta Santa de San Pablo Extramuros.

El Pontífice tiene predilección por estos lugares empapados de dolor. Por ello, ha decidido «hacer una excepción» durante el Jubileo 2025, dedicado a la esperanza. «En un año santo ordinario como este las puertas santas son solo las de las cuatro basílicas: San Pedro, San Juan, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros», precisa el subsecretario del Dicasterio para la Evangelización, Graziano Borgonovo. Aquí la apertura de la Puerta Santa cobrará un nuevo significado: «Se convertirá en el umbral que marcará para quien lo atraviese en una renovada espiritualidad y sentido de justicia. El perdón es necesario para todos, pero en un lugar de privación de libertad, como lo es Rebibbia, supondrá más aún una liberación», explica.

Esta es la tercera vez que Francisco se desplaza a esta prisión a las afueras de Roma, llena —como todas— de luces y cruces. Lo hizo en 2015, cuando dedicó la tarde del Jueves Santo a lavar y a besar los pies de seis italianos, tres nigerianos, una congoleña, una ecuatoriana y un brasileño. Un gesto que repitió en marzo pasado, esta vez con doce de las 360 mujeres que cumplen condena allí. En total, ha celebrado entre rejas más de nueve veces la primera ceremonia del Triduo Pascual. 

Teresa Mascolo es la directora de la prisión italiana desde septiembre.
Teresa Mascolo es la directora de la prisión italiana desde septiembre. Foto: Victoria I. Cardiel.

 «Los funcionarios de prisiones lo sentimos como patrimonio nuestro», remacha Mascolo. Por eso no solo los presos lo están esperando con ilusión. Su visita también conducirá al balcón de la esperanza a «todos los que trabajamos en este mundo». «Espero que pueda mostrarnos el camino para ser más acogedores». Lo que es seguro es que encenderá la luz de la esperanza «para que este mundo sea más visible». 

—¿Por qué es invisible?

—Es un mundo desconocido o, peor aún, es un mundo incomprendido y donde se juntan todos los estereotipos. Hay un riesgo muy alto de que la comisión del delito los arroje aún más a los márgenes de la sociedad.

La esperanza hecha carne

En la bula de convocación del Jubileo, Spes non confundit, el Pontífice invita al mundo a ser «símbolo tangible de esperanza» y pide a los responsables políticos que durante el año santo cumplan gestos concretos como la concesión de amnistías a presos. Además, insta a los católicos a que se movilicen para la completa abolición de la pena de muerte, idea que repite en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz del próximo 1 de enero. En 2018 ya modificó el catecismo de la Iglesia católica para definirla como «inadmisible».

Por eso Mascolo dedica su labor a hacer que la vida tras los barrotes no quede en suspenso. «Hay que evitar pensar en la cárcel como un lugar de mero castigo. Aquí pueden sacar una carrera o participar en las distintas actividades deportivas o culturales, como un grupo de teatro o una sala de cine…». Aunque «no todos se apuntan». Como en todas las cárceles italianas, el hacinamiento es uno de los problemas que más escuecen. En Rebibbia hay 1.170 plazas para 1.585 personas. También los suicidios. Son 87 en todo el país en lo que va de año. El Papa lleva a todos en su corazón.