El Papa lleva a Sudán del Sur a retomar el diálogo - Alfa y Omega

El Papa lleva a Sudán del Sur a retomar el diálogo

«Hay un compromiso real» y los encuentros entre el Gobierno y los grupos que no firmaron la paz en 2018 se pueden reiniciar en marzo, según la Comunidad de Sant’Egidio

María Martínez López
Francisco llega al Mausoleo John Garang de Yuba para la Misa del 5 de febrero. Foto: CNS.

El diálogo entre el Gobierno de Sudán del Sur y los rebeldes se retomará previsiblemente a mediados de marzo. Es la fecha que baraja Paolo Impagliazzo, que lo acompaña desde la Comunidad de Sant’Egidio. El Gobierno lo interrumpió en noviembre alegando razones de seguridad, «yo creo que sin que hubiera motivos» de peso y más bien con una motivación «política». Por ello «es un paso importante» que el presidente, Salva Kiir, recibiera al Papa Francisco a su llegada al país el 3 de febrero con el compromiso, «en mi opinión, real», de retomarlo. Kiir también indultó a 71 presos, la mitad condenados a muerte.

Impagliazzo viajó a Yuba para participar en la visita del Papa, del arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y del moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields. También se reunió con el Gobierno. «Está dispuesto a reanudar» las conversaciones «lo antes posible». Solo queda cerrar fechas con los grupos que no firmaron el Acuerdo Revitalizado de Paz en 2018.

Durante el viaje, este italiano ha constatado cómo «la sociedad estaba totalmente abrumada por la emoción». Su presencia masiva en las calles y en los actos, poco común en el país, «demostró de forma pacífica que la gente se puede juntar sin que sea contra el Gobierno», algo que espera que sirva para que este deje más espacio a la sociedad civil.

Los tres líderes cristianos lanzaron en el país más joven del mundo un mensaje «firme, cristalino», y hasta «duro» sobre «la lenta implementación de los acuerdos». «Basta ya de sangre derramada, basta […] de acusaciones recíprocas sobre quién haya sido culpable», exhortó el Papa ante las autoridades. Al día siguiente, con los desplazados, expresó «con todas las fuerzas el más apremiante llamamiento […] a retomar seriamente el proceso de paz».

Despedida del presidente sursudanés, Salva Kiir, poco antes de abandonar el país. Foto: EFE / EPA / Vatican Media.

Pero al mismo tiempo, subraya Impagliazzo, «llamaron a todos a ser constructores de paz». Durante la Misa del domingo Francisco aseguró que «aun cuando nuestras fuerzas parezcan pocas» frente a los problemas, «podemos dar un aporte decisivo» siendo «capaces de vivir la fraternidad». El día anterior, en una oración ecuménica, repudió el tribalismo al asegurar que «cada uno en Jesús es nuestro prójimo», incluso «el enemigo; tanto más los que pertenecen al mismo pueblo, aunque sean de etnia diferente». Esto, asegura el mediador de Sant’Egidio, «fortalece a las iglesias locales para jugar un papel más importante». El Santo Padre incluso exhortó a los desplazados a «ser los que vuelvan a escribir la historia de paz».

Se repetía así lo ocurrido el 1 de febrero, todavía en la República Democrática del Congo, cuando puso como modelo a las víctimas de la guerra que acababan de relatarle historias estremecedoras de brutalidad, masacres y violaciones. «Quisiera pedir a todos que se comporten como nos habéis sugerido vosotros, testigos valerosos, que tenéis la fuerza de desarmar el corazón». Cada víctima había cerrado su testimonio con un «yo perdono» y dejando un arma a los pies de la cruz. «Solo el perdón abre las puertas al mañana, porque abre las puertas a una justicia nueva que, sin olvidar, rompe el círculo vicioso de la venganza».

Charles Ndaka, obispo auxiliar de Kinsasa y coordinador de la visita, confiesa a Alfa y Omega que en ese momento lloró. Los obispos del país han aprovechado su poco frecuente presencia en Kinsasa para reunirse, debatir temas pendientes y profundizar en los mensajes del Papa. «Se habla mucho de sus palabras a quienes explotan el país»: «No toquen África. Dejen de asfixiarla, porque no es una mina que explotar». «Pero hemos hablado de qué nos toca a nosotros. Hasta los congoleños tenemos que quitar nuestras manos de los congoleños». Encaja ahí la llamada del Pontífice a los jóvenes para que rechacen la corrupción, e incluso sus palabras para que sacerdotes y religiosos no caigan en «aprovecharse del papel que tenemos» para su beneficio. Pero al organizador de la visita le ha impactado especialmente su insistencia «en la palabra “juntos”».

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