El Papa llama a Biden para felicitarle por su victoria
La Santa Sede no ha revelado nada del contenido de la conversación de este jueves entre Biden y el Papa. Según el equipo del líder demócrata se centró en la lucha contra la pobreza y el cambio climático y en la acogida e integración de migrantes y refugiados
El Papa Francisco habló el jueves con Joe Biden, presidente electo de Estados Unidos. La noticia la dio a conocer poco después el equipo del demócrata, y la ha confirmado el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni. No ha trascendido mucho del contenido de la conversación, pues la Iglesia no ha informado del mensaje compartido por el Santo Padre. Se sabe solo que ha transmitido a Biden su «bendición y felicitación» por su victoria.
Aunque en varias ocasiones durante esta semana los medios del Vaticano se han referido a Biden como ganador de las reñidas elecciones estadounidenses, Francisco ha esperado para contactar con él cinco días desde que los datos del recuento confirmaron que el candidato demócrata contaba con los suficientes compromisarios del Colegio Electoral. Se suma así a los obispos del país, que lo reconocieron como el futuro 46º presidente horas después de conocerse la noticia.
Más allá de los buenos deseos del Papa, el equipo de Biden solo recoge las palabras del estadounidense, centradas en los puntos de encuentro con el pontificado de Francisco. Así, reconoció su «liderazgo en promover la paz, la reconciliación y los vínculos comunes de la humanidad en todo el mundo». Por ello, expresó su «deseo de colaborar» en temas como el cuidado por los pobres y marginados, la crisis climática y la acogida e integración de los migrantes y refugiados, «sobre la base de una creencia compartida en la dignidad y la igualdad de toda la humanidad».
La santidad de cada vida humana
Si bien son varios las inquietudes comunes entre el líder demócrata y la Iglesia, también son de prever desencuentros en la futura administración. El principal será probablemente el aborto, un asunto que el presidente de los obispos estadounidenses, monseñor José H. Gómez, no eludió en su mensaje de felicitación. En su comunicado del sábado, el también arzobispo de Los Ángeles defendía la visión de «una nación bajo Dios, donde se defiende la santidad de cada vida humana y se garantiza la libertad de conciencia y religión».
Otra clave de su mensaje era una llamada a la caridad, la unidad y el civismo en medio de la creciente polarización social en Estados Unidos. Es hora, afirmaba, de que «nuestros líderes se reúnan con espíritu de unidad nacional y se dispongan a dialogar y a comprometerse por el bienestar común».
La próxima semana, durante la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Estadounidense, el episcopado del país elegirá a su secretario general y a los presidentes de ocho comités episcopales, entre ellos algunos que con toda seguridad jugarán un papel relevante en la relación con la nueva administración, como los de Libertad Religiosa, Actividades Provida y Educación Católica. También se votará sobre la prolongación durante tres años más del encargo especial del Comité Ad Hoc contra el Racismo.