El Papa invita a defender la inocencia de los niños de los Herodes de hoy
En el día de los Santos Inocentes, Francisco pidió rezar especialmente por los niños sometidos al trabajo esclavo, la prostitución y la explotación, las guerras y la emigración forzada
«Los nuevos Herodes de nuestros días desgarran la inocencia de los niños bajo el peso del trabajo esclavo, de la prostitución y la explotación, de las guerras y la emigración forzada. #Oremosjuntos hoy por estos niños y defendámoslos. #SantosInocentes». Con este tuit, el Papa Francisco ha querido recordar la fiesta litúrgica de los Santos Inocentes, que conmemora a los niños de Belén de hasta dos años de edad que fueron asesinados por el rey Herodes para tratar de eliminar al Niño Jesús.
Pero hoy, como ayer, los Herodes siguen siendo muchos, y también las armas que utilizan para destruir la inocencia de los niños. Según el último informe de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), publicado en marzo de 2021 y recogido este martes por Vatican News, todavía hay 152 millones de niños y adolescentes que son víctimas del trabajo infantil. La mitad de ellos se ven obligados a realizar trabajos peligrosos que ponen en riesgo su salud, seguridad y desarrollo moral.
Además, muchos pequeños viven en contextos de guerra y catástrofes naturales donde luchan por sobrevivir, incluso rebuscando comida entre los escombros. Otros son reclutados como niños soldados para luchar en guerras libradas por adultos. Un fenómeno dramático e inaceptable contra el que el propio Pontífice ya levantó la voz un día como hoy pero de 2016. En una carta, el Santo Padre invitó a todos los obispos del mundo a tener el valor de defender a los menores de todo lo que «devora» su inocencia, y recordó que «miles de nuestros niños han caído en manos de bandidos, de mafias, de mercaderes de la muerte que lo único que hacen es explotar sus necesidades».
En la misiva, el Papa también advirtió, citando estimaciones de Unicef, que «si la situación mundial no cambia», en 2030 «167 millones de niños vivirán en la pobreza extrema, 69 millones de niños menores de cinco años morirán y 60 millones de niños no asistirán a la escuela primaria básica». Francisco no se olvidó del «sufrimiento, la historia y el dolor de los menores abusados sexualmente por sacerdotes». «Un pecado que nos avergüenza», subrayó, que hay que «deplorar profundamente» y por el que «pedimos perdón».