El Papa insiste en que quiere visitar China

Francisco asegura una vez más que no pierde la esperanza de poder visitar China. Lo hace en unas declaraciones, que se han hecho públicas ahora, al padre Pedro Chia, responsable de prensa de la provincia china de la Compañía de Jesús.

En una distendida conversación en español, el Papa explica que le gustaría visitar «a la Madre» en el santuario de She Shan, en Shanghái, dedicado a María Auxiliadora, a la que los fieles chinos tienen gran devoción. Esta entrevista al Pontífice se realizó precisamente un 24 de mayo, cuando la Iglesia celebra a María Auxilio de los Cristianos.

Al ser preguntado por su deseo de visitar China, Francisco responde con un rápido «tengo ganas». El Papa dedica varios elogios al pueblo chino. Primero lo define como «un pueblo fiel que ha pasado tantas cosas y mantuvo la fidelidad». Explica que le gustaría reunirse con los obispos chinos.

El mensaje que enviaría a los jóvenes católicos chinos sería un mensaje de esperanza, responde Francisco, que añade: «Pero me parece casi tautológico dar un mensaje de esperanza a un pueblo que es maestro en esperar».

Y a todos los católicos chinos dispersos por el mundo, el Papa les recuerda que «son hijos de un gran pueblo». Les anima a «que no desperdicien esa herencia» y a que «sigan adelante, con paciencia».

A finales de junio, el cardenal Pietro Parolin, explicó que el Pontífice, sin lugar a dudas, desea ir a China «Quiere ir a China, pero no me parece que hasta ahora se den las condiciones para que este deseo del Papa se haga realidad», afirmaba. Añadía que «si hubiera una apertura por parte de los chinos, el Papa viajaría inmediatamente». También revelaba que la Santa Sede ya trabaja con China para la renovación del acuerdo marco suscrito en 2018 cuyo principal punto es el nombramiento consensuado de obispos.

Resistencias de parte de «sedevacantistas»

En esta entrevista a la provincia china de la Compañía de Jesús, el Pontífice también responde a otras cuestiones no relacionadas con China. Por ejemplo, habla de cómo se toma las críticas y las resistencias. Asegura que «las críticas siempre ayudan, aunque no sean constructivas, porque hacen reflexionar a uno sobre el modo de actuar».

Sobre las resistencias explica que «hay que aguantar y muchas veces corregirse a uno mismo porque detrás de una resistencia puede haber una crítica buena». Cuenta que más que las resistencias hacia él, le duelen las resistencias hacia la Iglesia. Menciona a un grupo, «son muy pocos», que solo reconocen como Pontífice hasta Pío XII. Grupos «sedevacantistas», en concreto, una lista de 32, que dice haber leído en una revista española. «Grupos pequeños que con el tiempo se van a ir integrando», concluye.

Desvela además su secreto para hacer tantas cosas al día y afirma que se trata simplemente de llevar una vida ordenada, delegar, tener colaboración y escuchar a esos colaboradores.

Por último, sobre cómo ve la Iglesia del futuro asegura: «Algunos dicen que va a ser una Iglesia más reducida, más pequeña. Pienso que la Iglesia debe tener cuidado de no caer en la peste del clericalismo, de la mundanidad espiritual que el padre de Lubac define como el peor mal, peor aún que el tiempo de los papas concubinarios, así dice él».