El Papa exige «escuchar a las víctimas» de abusos a menores
Varsovia acoge un encuentro sobre la prevención de delitos sexuales cometidos en la Iglesia
El Papa Francisco reclama «escuchar la llamada de las víctimas» de abusos sexuales a menores por parte de miembros de la Iglesia, y propone un «camino de reforma» tras los «errores y fracasos» cometidos. Así lo señaló ayer en un vídeomensaje dirigido a los participantes de la Conferencia Internacional sobre la Protección de los Menores y de los Adultos Vulnerables para las Iglesias de Europa Central y Oriental, que tendrá lugar en Varsovia desde este fin de semana hasta el miércoles 22. El encuentro congregará a obispos, sacerdotes, superiores de congregaciones religiosas, psicoterapeutas y expertos laicos.
En su alocución, el Papa citó un discurso de hace dos años para recordar que «el bienestar de las víctimas no se dejará de lado en favor de la equívoca preocupación por la reputación de la Iglesia como institución». «Por el contrario», aseguró el Pontífice, «sólo afrontando la verdad de estos comportamientos crueles y buscando humildemente el perdón de las víctimas y los supervivientes, la Iglesia podrá encontrar su camino para ser de nuevo considerada con confianza como un lugar de acogida y seguridad para aquellos que lo necesitan».
Camino de reforma
«Nuestras expresiones de contrición deben convertirse en un concreto camino de reforma», exhortó Francisco, de modo que eso sirva «tanto para prevenir ulteriores abusos como para garantizar a los demás la confianza en el hecho de que nuestros esfuerzos conducirán a un cambio real y fiable».
«Reconocer nuestros errores y fracasos puede hacernos sentir vulnerables y frágiles, eso es seguro. Pero también puede ser un tiempo de espléndida gracia, un tiempo de vaciamiento, que abre nuevos horizontes de amor y servicio recíproco. Si reconocemos nuestros errores, no tendremos nada que temer, porque será el mismo Señor quien nos habrá conducido hacia aquel punto», remarcó el mensaje papal.
El Santo Padre citó a Abraham Lincoln («Con malicia hacia nadie y con caridad hacia todos») y animó a los participantes de la Conferencia a «ser humildes instrumentos del Señor, al servicio de las víctimas de los abusos, viéndolas como compañeras y protagonistas de un futuro común, aprendiendo unos de otros a ser más fieles y más resilientes para que, juntos, podamos afrontar los desafíos futuros».