Una carta del Papa a las autoridades del Sudán del Sur con una fuerte llamada a la paz: fue la encomienda llevada por el cardenal Peter Turkson, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, que el pasado domingo visitó Yuba, la capital del país.
Ante el micrófono de nuestra colega Gabriella Ceraso, el cardenal Turkson habla sobre los sufrimientos de la población, en particular de los prófugos, del alto el fuego que rige en el país desde el martes pasado y de la atención del Papa Francisco que sigue de cerca esta difícil situación.
«Estuve en Yuba el pasado domingo y llevé los saludos del Santo Padre, la expresión de su solidaridad con la comunidad», afirmó el purpurado, y recordó la visita realizada a «algunas de las personas que han dejado sus propias casas», huyendo a causa de la «falta de seguridad» y encontrando refugio en escuelas e iglesias. «El día después —relató el cardenal— vistamos al presidente y le entregamos el mensaje del Santo Padre».
Refiriéndose al momento antes de partir, el cardenal Turkson recordó el encuentro con el Papa, el cual «en el momento de entregarle el mensaje expresó sentimientos resumibles en estas palabras: “¡ahora basta, basta con estos conflictos!”».
El presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz habló asimismo de la situación de pobreza que azota a la población, una situación «agravada por el aumento de enfermedades» como la malaria y el cólera. «Me puse en contacto inmediatamente con nuestra oficina en Roma, pidiendo medicinas y algunos víveres», dijo. «Ahora se vive un momento de paz, pero hay siempre miedo, porque ésta no es la primera vez que sucede algo parecido. Es la tercera» —constató también el cardenal—.
Y volviendo al momento del encuentro con el Papa, antes de partir, el cardenal Turkson evidenció la rapidez con la que el Pontífice «reaccionó ante esta exigencia de enviar un mensaje de solidaridad, con una llamada a la paz». «Es impresionante», notó el prelado. Finalmente, recordó que «tiempo atrás», hablando con el Santo Padre, él le dijo: «quisiera ir». «Estas situaciones están siempre en el corazón del Papa».
RV / Redacción