El Papa en Compostela - Alfa y Omega

La respuesta a la pregunta «¿Cuándo viene el Papa a España?» está ya perfilada en los gestos del Santo Padre, si bien todos seguiremos a la espera del anuncio oficial, que el Vaticano no suele hacer hasta tres meses antes de cada viaje. Como norma general, el Papa solo recibe oficialmente a jefes de Estado, aunque hace excepciones con algunos presidentes de Gobierno y –pocas veces– ministros de países muy importantes.

Las pistas de sus proyectos respecto a España empezaron a salir a la luz en junio del año pasado, cuando recibió en Casa Santa Marta al alcalde de Manresa, quien le invitó a visitar en 2022 la famosa cueva de la conversión de san Ignacio con motivo del quinto centenario. Desde entonces, Francisco ha recibido conjuntamente a alcaldes y obispos de otras tres ciudades españolas, aumentando llamativamente la visibilidad al concederles audiencias oficiales en su biblioteca privada.

En diciembre del año pasado acudieron el alcalde y el obispo de Ávila. En mayo, la alcaldesa de Toledo, acompañada por el arzobispo y el presidente de la Junta de Castilla La Mancha.

La pasada semana fue el turno del presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el arzobispo de Santiago, Julián Barrio, quienes le agradecieron haber ampliado el Año Santo Jacobeo a todo el 2022 y le invitaron a peregrinar a Compostela. El arzobispo y el presidente gallego manifestaron haberle encontrado «muy cariñoso», «contento y muy receptivo». A falta de una confirmación explícita del viaje a España –tras haber recibido las invitaciones oficiales del Rey y del presidente del Gobierno–, muchos han pensado que quizá no piense hacerlo.

La realidad es la contraria. El hecho de haber concedido estas cuatro audiencias indica tanto su interés como el futuro itinerario. Hasta ahora, el Papa tan solo ha dicho que no a la invitación a visitar el santuario de Guadalupe.

Como el resto de los viajes en proyecto, el de España dependerá de la marcha de la pandemia en 2022 y de la salud del Papa. Aunque nada es seguro, las perspectivas en ambos terrenos son prometedoras.