El Papa: «Dios se ha hecho nómada con el pueblo gitano» - Alfa y Omega

El Papa: «Dios se ha hecho nómada con el pueblo gitano»

En un cariñoso mensaje con motivo de los 600 años de la llegada del pueblo gitano a España, ha asegurado que muchos de sus valores «son proféticos y contraculturales» y ha reconocido la labor de la Pastoral con los Gitanos

Ester Medina Rodríguez
El último encuentro nacional de la Pastoral con los Gitanos tuvo lugar el pasado octubre en Sevilla. Foto: Archisevilla.

«Quisiera aprovechar esta oportunidad para mostrarles mi afecto, reconocer sus valores y animarlos a afrontar el futuro con esperanza». Con estas palabras ha comenzado el Papa Francisco el cariñoso mensaje que ha dirigido este domingo al pueblo gitano con motivo de la conmemoración de los 600 años de su llegada a España.  

«Dios peregrina en la historia con la humanidad y se ha hecho nómada con el pueblo gitano», afirma Francisco, que también reconoce que «vuestra historia ha estado marcada por la incomprensión, el rechazo y la marginación». Ha recordado que el Niño Dios «también nació en Belén bajo el signo de la persecución y la itinerancia». A pesar de eso, e incluso en los momentos más duros, «ustedes han descubierto la cercanía de Dios». 

En el escrito, el Santo Padre recuerda el encuentro que san Pablo VI tuvo con gitanos de todo el mundo en 1965 y les pide que no olviden el mensaje que les dejó aquel Pontífice: «Ustedes están en el corazón de la Iglesia». Hijos muy queridos de Majarí Calí, como llaman a la Virgen gitana.

Francisco reconoce y agradece el trabajo que hacen tantas personas, payas y gitanas, por el desarrollo integral del pueblo gitano, especialmente en la Pastoral con los Gitanos. Ellos forman parte de una Iglesia, «que desea seguir abriendo sus puertas de par en par y en la que ustedes puedan crecer en su fe cristiana sin renunciar a los mejores valores de su cultura». En este sentido, y recordando el reciente Sínodo, el Papa recalca la importancia de «caminar juntos; con sus obispos, con los responsables de las delegaciones y secretariados de pastoral gitana, en sus parroquias y en las cofradías y asociaciones en las que participan».  

Esta invitación va acompañada del reconocimiento a la gran aportación que hace el pueblo gitano en España a la Iglesia y a la sociedad: «El aprecio a las personas mayores y el sentido de familia, que se hace más fuerte en los momentos de dificultad; el cuidado por la creación, representada en vuestra bandera por el azul del cielo y el verde de la tierra; nuestra condición de peregrinos hacia la patria del cielo, simbolizada en la rueda de los carros en los que se desplazaban sus antepasados; la capacidad para mantener la alegría y hacer fiesta aunque haya nubarrones en el horizonte; el significado del trabajo —tantas veces malentendido— como un medio para vivir y no tanto para acumular». En definitiva, «muchos de los valores que los identifican como pueblo no solo son evangélicos, sino también proféticos y contraculturales en estos momentos». 

Asimismo, el Santo Padre insta a mantener las puertas abiertas de las comunidades a todos aquellos «que ya no celebran la fe en la Iglesia católica». Y pide que se les ofrezca siempre «la amistad y el diálogo propios de quienes estamos llamados a vivir en fraternidad, más allá de nuestras diferencias».  

Como no podía ser de otra manera, Francisco recuerda el ejemplo de los beatos Emilia Fernández, conocida como La Canastera, y Ceferino Giménez, el tío Pelé. Ambos, explica, «nos recuerdan la importancia de la oración, del encuentro con Dios, fuente de alegría, fraternidad, esperanza y caridad» y dieron sus vidas «buscando el bien de otras personas». En el caso del tío Pelé, por defender a un sacerdote detenido injustamente y La Canastera por proteger a los catequistas. «Aunque no lo pretendieron, ellos fueron y siguen siendo maestros de fe y de vida para gitanos y payos», señala Francisco. «Tanto el uno como el otro fueron humildes y valientes misioneros que destacan como modelos de fraternidad pues, en una sociedad tan polarizada como la de su tiempo, supieron sembrar concordia y solidaridad entre los suyos, mediando también en los conflictos que a veces han empañado las relaciones entre payos y gitanos». 

Con unas palabras de aliento y esperanza, el Papa Francisco finaliza su mensaje invitando a todos los gitanos «a continuar haciendo camino» y ofrecer lo mejor de ellos mismos. «Que Undebel —Dios en el idioma caló — los bendiga, muy especialmente a los enfermos. Devlesa romá (Dios sea con los gitanos)».