La beata que dio a luz en una celda de castigo - Alfa y Omega

La beata que dio a luz en una celda de castigo

Este lunes se celebra el aniversario de Emilia La Canastera, la primera gitana beata del mundo. Un ejemplo de mujer pobre, gitana y trabajadora que supo ser fiel a Cristo desde la cárcel

Ester Medina
Emilia Fernández, 'La Canastera'. Obra de V. Stáricek. Portada del libro 'Emilia La canastera. Mártir del Rosario', de Martín Ibarra Benlloch. Editorial Palabra.
Emilia Fernández, La Canastera. Obra de V. Stáricek. Portada del libro Emilia ‘La canastera’. Mártir del Rosario, de Martín Ibarra Benlloch. Editorial Palabra.

Este 25 de marzo se conmemora el VII aniversario de la beatificación de Emilia Fernández, más conocida como La Canastera. Símbolo de valentía y humildad para la Iglesia universal y especialmente para los gitanos de todo el mundo, fue una joven almeriense gitana que en plena guerra civil murió sola y abandonada por no querer delatar a sus compañeras catequistas.

Era junio de 1938 y Emilia tenía 19 años. Recién casada y embarazada, fue detenida por ayudar a su marido Juan a evitar que fuera a la guerra. Ella fue condenada a seis años de cárcel y Juan a cinco. En prisión apenas recibía comida y casi muere de hambre. Sin embargo, y sin haber tenido una vida de fe cercana a la Iglesia antes, fue entre rejas y rodeada de mujeres donde descubrió a Dios y donde encontró fuerzas en la oración, especialmente en el rezo del Rosario. Allí, los jefes de la prisión se enteraron de aquellos encuentros de oración e interrogaron a Emilia para que delatara a sus compañeras. Ella se negó aun sabiendo que podría haber represalias y fue llevada a una celda de castigo aislada.

Por su parte, el obispo de Teruel y responsable de la Pastoral con los Gitanos de la CEE, Jose Antonio Satué, ha enviado un mensaje en este aniversario para recalcar el testimonio de fe de esta beata. A través de un video difundido por la Pastoral Social, destaca «la vida humilde, trabajadora y honrada de La Canastera».

«A ella podemos encomendarnos para que, como ella, también nosotros cuidemos la oración y crezcamos en la confianza en Dios, seamos generosos para compartir la alegría y la fuerza de la fe y tengamos valentía para proteger y defender a las personas que sufren injustamente», ha concluido el obispo.

Mª Ángeles Roda compartió cautiverio con la beata en la cárcel de Gachas Colorás de Almería, y cuenta en un video difundido por la Pastoral Social de la CEE que «la canastera no quiso delatar a Dolores del Olmo», que fue la mujer que le enseñó a rezar estando en la cárcel, «porque si no Lola lo hubiera pasado muy mal». En aquella celda de castigo, La Canastera dio a luz una niña el 13 de enero de 1939, sin atención médica y sobre un camastro de esparto. Sus compañeras de prisión la bautizaron como Ángeles y aquella misma tarde trasladaron a la beata al hospital. Doce días después, el 25 de marzo de 1939, moría La Canastera por debilidad, cansancio, hambre y sin apenas atención sanitaria. Fue enterrada en una fosa común.

Ejemplo de una mujer pobre, gitana y trabajadora que supo ser fiel a Cristo y a sus hermanas. Su camino a la santidad es hoy en día guía para tantas otras mujeres como ella.