El Papa de todos
Hablando con el Papa (ed. Planeta-Testimonio) nació con la intención de que 50 españoles (políticos, periodistas, deportistas, economistas, líderes de la sociedad civil…) rindiesen homenaje a Benedicto XVI, comentando textos suyos desde su propio testimonio. Aunque la noticia de su renuncia sorprendió a los editores –la Fundación Valores y Sociedad, presidida por don Jaime Mayor Oreja, que prologa la obra–, ahora, don Francisco José Contreras y don Ignacio Sánchez Cámara, coordinadores del libro, presentan este «homenaje al legado del Papa de la fe y la razón», a través de firmas tan variadas como las de don José María Aznar, don Rafael Nadal, don Manuel Pizarro, don José Antonio Ortega Lara, don Emilio Butragueño, don Francisco Vázquez, doña María de Villota…
Constatar cada día, en mi actividad pública en el Parlamento europeo y fuera de esta institución, el avance implacable del relativismo, auténtica moda dominante en nuestra sociedad, me reafirma en que ha sido el Papa el mejor diagnosticador de la dulce tiranía del relativismo. La dulce tiranía del relativismo (…) ha conseguido eliminar de la Constitución y de los tratados europeos la referencia a las raíces cristianas de Europa, ha reemplazado el derecho a la vida por el derecho al aborto, está tratando de sustituir la obligación moral hacia los mayores por un supuesto nuevo derecho a morir dignamente, ha desnaturalizado la esencia del matrimonio y ha construido una doctrina de falsos y supuestos nuevos derechos, erradicando el significado de las obligaciones. (…) Vivimos una crisis que afecta a nuestra conciencia, a nuestro modo de vivir. Ésta no es sólo una crisis de carácter económico o financiero; ni político o institucional. Es una crisis que afecta, ante todo, al corazón de la persona y que, por ello, exige cambios personales. La decisión del Papa (su renuncia) nos interpela con preguntas referidas al qué y al cómo vamos a cambiar cada uno de nosotros a partir de hoy. Cómo nos cambia a nosotros el cambio en nuestra Iglesia. El Papa nos señala el camino, un camino hecho de humildad y de entrega. De la suma de millones de cambios de actitud personales, auténticos, profundos, nacerá una Iglesia más fuerte y capaz de hacer realidad un proceso de regeneración y de rectificación que preserve a nuestra sociedad del daño del relativismo.
Jaime Mayor Oreja, eurodiputado
* * * * * * *
«Los niños, para su desarrollo integral, tienen derecho a poder contar con un padre y una madre, que los cuiden y les acompañen hacia la plenitud de su vida»: el Papa señala en esta frase una verdad importante: sólo puede ser un buen padre quien tiene la experiencia de la filiación, quien conoce las necesidades de un hijo. Ser hombre de fe es saberse hijo, sentirse hijo del Padre celestial, al que debemos la existencia, y quien nos espera al final del tortuoso camino. Un camino en el que no faltan las penalidades, los reveses. Reveses que se superan mejor desde esa vivencia de la fe como filiación. El año pasado recibí la cornada más fuerte de mi vida: un toro me metió el pitón y me dejó sin ojo. En los terribles momentos de esa brutal cogida, me sentí como un niño necesitado de mi padre, de mi madre, de mi mujer y de mis hijos. Sus cuidados, su cariño, su compañía es lo mejor que se puede recibir en los difíciles y trágicos momentos, cuando necesitas de los tuyos más que nunca, y, gracias a Dios, abracé la verdad más profunda de mi vida: la fe y mi familia.
Juan José Padilla, torero
* * * * * * *
La seriedad con la que el deportista debe cuidar su propio cuerpo tiene una dimensión moral: como indica Benedicto XVI, el deportista sabe mejor que nadie que debe respetar su cuerpo, que éste no es un objeto, un instrumento de placer o una mercancía. Y como señala el Papa, respetar no es lo mismo que idolatrar. La fascinación narcisista con la propia imagen es ajena al verdadero espíritu deportivo. Lo que importa es la funcionalidad y el rendimiento del cuerpo, no su apariencia. Pero, además de potenciar las virtudes individuales, el deporte es escuela de virtudes sociales. La convivencia en el seno de un equipo no siempre es fácil, pero el deportista profesional sabe superar roces personales, anteponiendo a todo el éxito colectivo y el interés del conjunto. El espíritu de equipo requiere solidaridad, coordinación, entrega al colectivo; sacrificio, en caso necesario, del brillo personal. Pasarle el balón al compañero mejor situado en lugar de intentar regatear uno mismo a cuatro defensas. Sacrificarse en labores poco lucidas de recuperación de balones. Animar al compañero lesionado. Asumir con paciencia el ser sustituido, o quedarse en el banquillo cuando otro jugador está en mejor forma. También todo esto ayuda a formar el carácter. (…) Los mensajes de Benedicto XVI muestran que ha sabido captar las potencialidades del deporte. Los deportistas sabemos que tenemos un amigo en el Papa (aunque no sea tan inclinado personalmente a la práctica deportiva como lo fue el anterior).
Xavi Hernández, capitán del F. C. Barcelona y de la Selección Nacional
* * * * * * *
La sociedad ha ido perdiendo sus dimensiones universales y sus fundamentos antropológicos. Las mujeres han logrado una igualdad, al menos formal, al precio de perder su feminidad, y los hombre se avergüenzan de una masculinidad que es despreciada por una sociedad que prefiere los modelos femeninos de conducta y comportamiento. (…) Existen una serie de verdades antropológicas fundamentales del hombre y de la mujer: la igualdad de dignidad de los dos, la arraigada y profunda diversidad entre lo masculino y lo femenino, y su vocación a la reciprocidad y a la complementariedad, a la colaboración y a la comunión. (…) Es hora de reclamar lo que el Santo Padre ha denominado la ecología del hombre, entendida en el sentido justo; ecología humana basada en el respeto de los géneros masculino y femenino, que forman parte de la naturaleza humana. Ésta será la verdadera revolución sexual.
María Calvo, presidenta de EASSE-España
Francisco José Contreras e Ignacio Sánchez Cámara (eds.)
Planeta Testimonio
2013
488
21,00 €
