El Papa critica a quienes utilizan a los migrantes para defender una agenda política
En un mensaje con motivo del 70 aniversario de la OIM, Francisco reclama «vías dignas» para que los desplazados puedan salir de la irregularidad
«Es lamentable que los migrantes sean utilizados cada vez más como moneda de cambio, como peones en el tablero de ajedrez, víctimas de rivalidades políticas. ¿Cómo se puede explotar el sufrimiento y la desesperación para avanzar o defender agendas políticas? ¿Cómo pueden prevalecer las consideraciones políticas cuando está en juego la dignidad de la persona humana?». Así de contundente se ha manifestado el Papa Francisco este miércoles en un vídeomensaje con motivo del 70º aniversario de la Organización Internacional para las Migraciones.
Con varios puntos calientes en materia migratoria en estos momentos, como el de la frontera entre Bielorrusia y Polonia o el del litoral norte de Francia, donde la semana pasada fallecieron 27 migrantes, el Pontífice ha señalado que «la falta básica de respeto humano en las fronteras nacionales nos minimiza a todos en nuestra humanidad».
«Más allá de los aspectos políticos y jurídicos de las situaciones irregulares, nunca debemos perder de vista el rostro humano de la migración y el hecho de que, por encima de las divisiones geográficas de las fronteras, formamos parte de una única familia humana», ha agregado.
En este sentido, ha realizado una serie de observaciones. En primer lugar, ha señalado que hay «una necesidad urgente de encontrar vías dignas para salir de las situaciones irregulares», porque «la desesperación y la esperanza prevalecen sobre las políticas restrictivas». En este sentido, ha recordado que cuantas más vías legales existan, «menos probable será que los migrantes se vean arrastrados por las redes criminales».
Asimismo, ha recordado que la integración «es fundamental» y que esta implica «un proceso bidireccional, basado en el conocimiento mutuo, la apertura recíproca, el respeto de las leyes y la cultura de los países de acogida». Y ha constatado que en demasiados países «se niega a los trabajadores migrantes los beneficios y la estabilidad de la vida familiar debido a impedimentos legales».
En último lugar, ha pedido a la comunidad internacional que aborde con urgencia las condiciones que dan lugar a la migración irregular y se comprometan a crear mejores condiciones económicas y sociales en los países de origen. Así, ha apuntado, «la mayoría de las personas no se sentirían obligadas a emigrar de forma irregular».
«No se trata de estadísticas, sino de personas»
Con todo, el Papa ha advertido de que «nunca debemos olvidar que no se trata de estadísticas, sino de personas reales con sus vidas en juego». En este sentido, ha invitado a no dejarse sorprender por los números y encontrarse con los migrantes «viendo sus rostros y escuchando sus historias, intentando responder lo mejor posible a sus singulares situaciones personales y familiares».
«Arraigada en su experiencia secular, la Iglesia católica y sus instituciones seguirán con su misión de acoger, proteger, promover e integrar a las personas que se desplazan», ha concluido su mensaje el Pontífice.