El Papa condena el «horrible atentado» contra una iglesia en Nigeria
Francisco reza por todos los afectados y por la conversión de los que están cegados por el odio y la violencia
El Papa Francisco ha condenado este lunes el «horrible atentado» perpetrado contra la iglesia de San Francisco Javier en Owo, en el sur de Nigeria, durante la celebración de la solemnidad de Pentecostés. Así lo hace en un telegrama que el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, ha enviado en su nombre al obispo de Ondo, Jude A. Arogundade.
«El Papa Francisco ha recibido con profunda tristeza la noticia y les asegura a ustedes y a todos los afectado por este acto de violencia indecible su cercanía espiritual», se puede leer en el texto, hecho público por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
«Al encomendar las almas de los fallecidos –continúa el Papa– a la amorosa misericordia de Dios y implorar la curación a los heridos, Su Santidad reza por la conversión de los que están cegados por el odio y la violencia para que elijan el camino de la paz y la justicia».
Por último, el Pontífice invoca el espíritu de consuelo y fortaleza para que la Iglesia en Nigeria y, en concreto, en esta diócesis pueda seguir viviendo el mensaje evangélico «con fidelidad y amor». El domingo, nada más conocer el suceso, Francisco ya manifestó su cercanía con las personas que fueron atacadas «en un momento de fiesta», para las que pidió a Dios consuelo.
El ataque fue llevado a cabo por un grupo de hombres armados, entre cinco y diez, que entraron en el templo abriendo fuego de manera indiscriminada contra los fieles. Luego hicieron detonar un explosivo y secuestraron a algunos supervivientes. Aunque en un primer momento se difundió que habían fallecido en torno a medio centenar de personas, las autoridades nigerianas redujeron esa cifra a 21.
Vatican News se ha puesto en contacto este lunes con la hermana Agnes Adeluyi, de las Hermanas de San Luis en Owo. Es enfermera en el Hospital de San Luis y está atendiendo a los heridos. Frente a las recomendaciones de huir a un lugar seguro, decidió quedarse al lado de las víctimas.
¿Cómo están los heridos?
La mayoría están mejor hoy, pero algunos siguen en estado grave, sangrando por las balas que recibieron, a pesar de las operaciones a las que ya fueron sometidos. Algunos necesitan otra intervención. Muchos recibieron disparos en la cabeza o en lugares delicados. Hay una mujer, por ejemplo, que tiene la vejiga y el útero totalmente destruidos.
¿En qué condiciones trabajan?
Solo tenemos cuatro médicos. Estamos bajo demasiada presión. El Gobierno ha enviado a tres médicos más para ayudarnos. Normalmente se trata de un hospital en el que se paga por el tratamiento, pero se decidió que por esta circunstancia todo estará a cargo del hospital. Esperamos que las autoridades nos ayuden con la financiación. Aquí no tenemos electricidad, usamos generadores, gastamos mucho.
¿Dónde estaba usted cuando tuvo lugar la masacre?
Estaba en Owo. Aquí hay muchas iglesias y ya habíamos ido a misa. Estábamos en la capilla para la adoración eucarística cuando escuchamos el sonido de dos explosiones. Las iglesias están cerca, alguien nos informó de lo que estaba ocurriendo y nos ordenó que abandonáramos el lugar y nos dirigiéramos a Akure, donde se encuentra nuestra casa general. En lugar de ir allí, fuimos directamente al hospital para ayudar a los heridos.
¿Cuáles son las especulaciones sobre los asesinos?
Nos enteramos de que el altar de la iglesia fue completamente destruido. Sí, dicen que fueron fulanis. Dos de ellos fueron asesinados por la policía que intervino.
¿Cómo se puede seguir viviendo con el riesgo de morir bajo este tipo de ataques?
Es un reto continuo. Debemos seguir trabajando y ayudando a la gente. Debemos ser siempre conscientes de que los fulanis nos rodean en el bosque y pueden atacarnos en cualquier momento. Estamos aterrorizados, pero debemos perseverar. Todos tenemos miedo porque en realidad no protección por parte del Fobierno. La gente tiene miedo ahora incluso de ir a la iglesia. Esta mañana solo estaban las monjas en Misa. No podemos quejarnos de esta ausencia, no hay seguridad.
¿Cuál es el objetivo de estos ataques?
Lo que hemos entendido es que estos pastores quieren tomar bajo su control del territorio. Vienen del norte para golpear las zonas del sur y apoderarse de los recursos de estas tierras. Nuestros obispos no callan y condenan esta situación que se repite cíclicamente.