El Papa advierte contra los que «van a Misa solo para hacerse ver»
«Están haciendo una oración falsa», ha dicho Francisco durante la audiencia general
El Papa ha cargado contra el que el Libro de los Salmos llama «impío», que es la persona que «vive como si Dios no existiera. Es la persona sin ninguna referencia al trascendente, sin ningún freno a su arrogancia, que no teme juicios sobre lo que piensa y lo que hace».
Asimismo, ha criticado a quien cree en Dios, e incluso reza, pero con «una oración falsa, una oración hecha solo para ser admirados por los otros». En este sentido, ha advertido contra quienes van a Misa «solo para hacerse ver» o «mostrar el último modelo que han comprado». Según Francisco, «están haciendo una oración falsa» y «Jesús ha advertido fuertemente contra esto» en el Evangelio. «No caigamos en la tentación de la impiedad, es decir, de vivir y quizá también de rezar, como si Dios no existiera, y como s los pobres no existieran».
Por último, el Pontífice ha explicado durante la audiencia general que «el peor servicio que se puede prestar a Dios y a los hombres es rezar con cansancio, como si fuera un hábito». No, «la oración es el centro de la vida», ha clamado el Santo Padre. Y cuando esta se da, «también el hermano se vuelve importante».
Del templo a la calle y viceversa
De este modo, el Papa ha subrayado que en la oración del cristiano se une estrechamente el templo y el mundo. «La oración puede comenzar en la tenue luz de una nave, pero luego termina su recorrido por las calles de la ciudad». Y viceversa. «Puede brotar durante las ocupaciones diarias y encontrar cumplimiento en la liturgia».
Pero nada de esto puede tener cumplimiento si las puertas de las iglesias son barreras. «No son barreras, sino “membranas” permeables, listas para recoger el grito de todos», ha asegurado.
Dios y el ateísmo
Francisco ha concluido la audiencia como la empezó, hablando de los impíos. Pero ha explicado una diferencia: «La Escritura admite el caso de una persona que, incluso buscando sinceramente a Dios, nunca logra encontrarlo». Sin embargo, «Dios no sostiene el “ateísmo” de quien niega la imagen divina que está impresa en todo ser humano. Esto es ateísmo práctico. No reconocerlo es un sacrilegio, es una abominación, es la peor ofensa que se puede llevar al templo y al altar».