El Papa, a los religiosos: «La vida consagrada se comprende dialogando con la realidad»
El Pontífice se hace presente en la inauguración de la Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada (ITVR), que este año cumple su 50 aniversario
«La vida consagrada se comprende caminando, consagrándose cada día, se comprende en diálogo con la realidad. Cuando la vida consagrada pierde la dimensión de diálogo con la realidad y de reflexión con lo que sucede empieza a hacerse estéril». Este es el mensaje que el Papa Francisco ha enviado a los más de 2.000 participantes en la Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) de los misioneros claretianos y que cumple este año su 50 aniversario. Una edición que, por la pandemia, se realiza completamente online.
A través de un vídeomensaje, el Pontífice ha añadido que cuando analiza las causas de la esterilidad de algunos institutos de vida consagrada se encuentra generalmente con «la falta de diálogo y el compromiso con la realidad». «No dejen esto. La vida consagrada es un diálogo con la realidad. Pensemos en Santa Teresa, que vio la realidad e hizo una opción de reforma y fue adelante. La reforma es camino en contacto con la realidad y horizonte bajo la luz de un carisma fundacional. Esta Semana ayuda a perder el miedo», ha explicado.
Por otra parte, ha advertido ante el riesgo de caer «en ideologías de cualquier signo» para buscar «una cierta seguridad». «Cuando un instituto se reformula del carisma a la ideología, pierde su identidad y fecundidad. Mantener vivo el carisma fundacional es mantenerlo en camino y en crecimiento. Supone discernimiento y oración. No se puede mantener un carisma fundacional sin coraje apostólico, sin discernimiento ni oración», ha añadido.
En este sentido, cree que la Semana puede ayudar a no perderse «en formulismos, en ideologías o en diálogos con nosotros mismos» y a dialogar con el Espíritu Santo. «No tengan miedo a los límites, a las fronteras, a las periferias… Ahí, el Espíritu les va a hablar. Pónganse a tiro del Espíritu Santo», ha concluido.
Antes de pronunciar estas palabras, el Papa ha realizado un sencillo homenaje al cardenal Aquilino Bocos, artífice del ITVR y de la Semana de Vida Consagrada. Le ha agradecido su servicio a la Iglesia y «ese sembrar continuamente la inquietud por comprender la riqueza de la vida consagrada».
Riqueza para la vida de la Iglesia
En su intervención, el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, ha recordado que los diferentes carismas de los religiosos «enriquecen la vida de la Iglesia» y que son «presencia del Señor en medio de este mundo». «Gracias –ha continuado– por vuestra consagración, por el encuentro con Jesucristo, por vuestra presencia evangelizadora. Si desapareciese la presencia de la vida consagrada, el rostro de la Iglesia quedaría reducido. Embellecéis la Iglesia con vuestra manera de vivir y hacer».
Tras compararlos con la imagen del buen samaritano, el purpurado los ha invitado a seguir viviendo su consagración y a construir un relato a través del que los jóvenes puedan ver a la Iglesia de una manera distinta y algunos de ellos, incluso «comprometerse a anunciar al Señor».
Por último ha intervenido el superior general de los claretianos, Mathew Vattamattam, quien ha recordado que la pregunta que tiene que hacerse la vida religiosa «no es sobre si hay futuro, sino cómo vivir la llamada de Dios en los tiempos cambiantes, a ser testigos de la alegría del Evangelio». «Nuestros institutos necesitan acoger los cambios. Aferrarnos a las viejas formas nos vuelve obsoletos», ha dicho.
Un camino con otros y con los pobres
La primera conferencia de la Semana corrió a cargo del obispo de León y presidente de la Comisión Episcopal de Vida Consagrada, el claretiano Luis Ángel de las Heras, que reflexionó sobre La vida consagrada al paso del pueblo de Dios. Una intervención en la que fue entrelazando poemas del ya fallecido obispo y claretiano Pedro Casaldáliga.
De las Heras ha utilizado la imagen del camino para referirse a la vida consagrada, que «siempre está en camino siguiendo a quien es el camino». «Esto le confiere un carácter dinámico. El camino es diverso, aburrido, cansado, si horizonte, a veces tortuoso, descendente, con maleza, oscuro… Pero también es recto, ascendente, alegre, esperanzador. El camino lo hacemos siempre con otros. Es una de nuestra mayores fortalezas. Caminando nos sentimos y estamos vivo», ha añadido.
Y en este caminar con otros, ha propuesto a los religiosos y religiosas tres interacciones. Son la misión compartida con los laicos —les ha pedido que se impliquen en los cuatro itinerarios del Congreso de Laicos: primera anuncio, acompañamiento, formación y presencia en la vida pública—, la interacción, sea a través de la interculturalidad o la intercongregacionalidad, y la reestructuración.
Sobre los proyectos intercongregacionales, ha reconocido el papel de las mujeres consagradas, «las más valientes», mientras que sobre la reorganización de las congregaciones ha dicho que no se puede hacer solo con «criterios humanos de optimización ni, desde luego, de comodidad». «Hemos de poner el espíritu de donación que hace brotar nueva vida y viene inspirado por el Señor. Somos fruto de los soplos del Espíritu, no de las derrotas ni de las victorias humanas», ha apostillado.
El camino hacia los pobres ha sido otro de las cuestiones que ha abordado De las Heras en su intervención. De hecho, ha sido contundente al manifestar que la vida consagrada que recorre el camino de Cristo «ha de peregrinar por las periferias, sin acomodarse a ninguna y dándolo todo en cada una de ellas». Y ha añadido: «Un servicio en marcha, bajando a las cunetas a buscar a los apaleados, a quienes ayuda a incorporarse para que ellos puedan aprender a caminar o volver a hacerlo. La vida consagrada en salida es siempre vida consagrada samaritana».
El coloquio que cerró la primera jornada de esta particular Semana de Vida Consagrada comenzó con un importante titular del ponente, el cardenal João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA): «El Papa está preocupado por la formación sacerdotal. Ve una tendencia a ir lejos del Concilio Vaticano II, a retomar posiciones tradicionalistas».
Así lo ha manifestado el Papa Francisco durante la reunión que ha mantenido este lunes por la mañana con los jefes de dicasterio de la Curia Romana. Braz de Aviz lo ha comentado porque su intervención se refería precisamente a un punto del decreto del Vaticano II sobre la renovación de la vida religiosa, Perfectae caritatis: «El seguimiento de Cristo es nuestra regla suprema».
Al hilo de esta cuestión, ha recordado que, para los religiosos como para el resto de bautizados, a quien hay que seguir primero es a Cristo y luego al fundador o fundadora. También que todas las formas de consagración tienen la misma dignidad, pues todas «se realizan a partir del seguimiento de Jesús», pues «lo que cambia es el modo». Tanto las congregaciones más antiguas como las nuevas, ha dicho, no pueden prescindir de este paso indispensable; «sin esta tensión constante se vacía la belleza del carisma y se permanece en las apariencias».
En otro momento, el cardenal brasileño se ha referido a la propuesta del Papa Francisco en favor de la sinodalidad como instrumento en la reforma de la vida consagrada. «Hoy, en la vida consagrada, tenemos que recuperar este sentir con Cristo y con la Iglesia», ha añadido. Esto implica, ha señalado, seguir las enseñanzas del Pedro de hoy, «que se llama Papa Francisco».
También ha abordado a la cuestión de la autoridad y la obediencia para recordar que «no se pueden imponer los valores», pues «es un camino que hay que vivir». En este sentido, ha afirmado que «si la autoridad no es servicio se convierte en abuso y, a veces, llega a ser abuso de conciencia o abuso sexual».
Ha concluido su intervención con una referencia a la reciprocidad entre hombres y mujeres —si la Iglesia pierde a las mujeres corre el riesgo de volverse estéril—, y a la economía y gestión de bienes, que deben seguir dos orientaciones: profesionalidad y criterios evangélicos.
En el coloquio también ha participado Jolanta Kafka, presidenta de la Unión de Superioras Generales y superiora general de las misioneras claretianas, que se ha centrado en la memoria de Jesús como «condición indispensable de la identidad de la Iglesia»; y Arturo Sosa, presidente de la Unión de Superiores Generales y padre general de la Compañía de Jesús, cuya intervención ha protagonizado san Pablo.
Como le sucedió a san Pablo en su época, la realidad coloca hoy a la vida consagrada en un contexto de pluralidad: «El mundo globalizado es más variado, diverso y complejo de lo que podían ser Corinto o el Imperio Romano». Y, en este sentido, alerta de que «como consagrados no podemos descuidar el conocimiento de la realidad», pues «el camino de seguimiento del Señor se inicia por la encarnación en la realidad histórica».
«No son los argumentos, los análisis o las instituciones apostólicas eficientes lo que funda la fe de las personas y los pueblos a los que consagramos nuestra vida. Eso es pérdida y basura en comparación con el conocimiento y la experiencia de Jesús crucificado. Lo principal es el encuentro con Jesucristo. El encuentro con Jesucristo nos libera de toda atadura», ha concluido.