Olivier recuerda el ataque yihadista a su parroquia: «Mataron al sacerdote y quemaron la sacristía»
El sacerdote ha ofrecido su testimonio durante la presentación de la campaña de Navidad de ACN España, que irá dirigida a la Iglesia de Burkina Faso
No es casual que Ayuda a la Iglesia Necesitada haya escogido a Burkina Faso para su campaña de Navidad. El país no solo es el «gran desconocido en España», según Raquel Martín, directora de Comunicación de ACN España, sino que desde hace diez años, cuando estalló una profunda crisis social como consecuencia de la violencia de grupos extremistas islámicos, «cerca de 3.000 personas han perdido la vida y hay en torno a dos millones de desplazados internos», ha destacado José María Gallardo, director de ACN España, durante la presentación de la campaña.
La violencia ha llegado hasta tal punto que supone una serie amenazada para la propia existencia de la nación burkinesa. «A día de hoy más del 40 % del territorio de Burkina Faso está fuera del control del Gobierno», ha añadido Gallardo. Estas zonas se han convertido en refugio de grupos armados yihadistas, según la entidad católica, que siembran el terror a su paso: muerte, devastación, violencia y desesperación.
Da fe de ello el padre Olivier Lompo, natural de Kaya, al noreste de Burkina Faso, cuya parroquia fue una de las primeras atacadas por los terroristas. «Fue el 12 de mayo, domingo del Buen Pastor», recuerda el sacerdote con precisión. «Apareció un grupo de hombres armados, en motocicleta», que, en un primero momento, «mataron al sacerdote y prendieron fuego a la sacristía». Más tarde, separaron a los hombres de las mujeres y «mataron a cinco de ellos». A las mujeres «las amenazaron con matarlas también si no se convertían al islam». Incluso atacaron el sagrario, al que dispararon en tres ocasiones.
El padre Olivier pudo salvarse de milagro. «Yo ese día tenía una celebración con los catequistas en otra parroquia». Al terminar, «miré mi móvil y tenía 100 llamadas perdidas del personal de seguridad de la zona». En seguida, «me trasladé, no sin dificultad, hasta la parroquia». Allí «me encontré con un joven colaborador de la parroquia, que me relató todo lo que había ocurrido. Él se había quedado en el templo, solo, velando los cuerpos de los fallecidos».
Tras el ataque, «la comunidad se quedó destrozada. El dolor no tenía nombre. No parábamos de preguntarnos por qué», ha asegurado el sacerdote, que actualmente está destinado en Madrid. Sin embargo, el testimonio de fe de esta comunidad es más grande que el dolor y el miedo. «Nadie ha renegado de Dios», ha asegurado Lompo. Al contrario, «lo valoramos como una gracia que el Señor nos concedió. Hemos podido dar testimonio de Él a través del sufrimiento».
En la actualidad, la parroquia permanece cerrada en su emplazamiento original, pero la comunidad se ha trasladado junto con el sacerdote al centro de la diócesis. «Tienen las celebraciones en una pequeña capilla», concluye el padre Olivier. Asegura, por último, que muchas otras parroquias de la zona han hecho lo mismo, lo que implica «ahora un reto pastoral ante la concentración de tantas personas».
La educación contra el terrorismo
Ante esta situación, desde la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada han lanzado la campaña de Navidad para actuar en tres frentes. En primer lugar, quieren apoyar a la Iglesia local con proyectos de ayuda humanitaria para cubrir las necesidades más esenciales de la población desplazada. Por ejemplo, se necesitan 62.000 euros para comida y atención sanitaria para familias desplazadas en la parroquia de Linoghin, de la diócesis de Uagadugú.
Otro de los ejes fundamentales es el apoyo a la educación de los niños y jóvenes. «Cabe destacar que solo el 34 % de la población está alfabetizada», ha subrayado Gallardo. «Y hay que tener en cuenta que la educación es una de las mejores herramientas para hacer frente al terrorismo, porque da una perspectiva de futuro a los jóvenes», ha añadido.
En este sentido, además de la escolarización, el padre Olivier ha señalado el desarrollo económico local como otra de las medidas eficaces contra los terroristas, ya que «reclutan a los jóvenes para la causa yihadista prometiéndoles mejorar su situación económica». Aunque el sacerdote ha aseverado que la actuación contra el terrorismo ha de darse desde una perspectiva holística.
Por último, la campaña quiere responder a la petición de ayuda de los obispos locales. Según ACN España, la Iglesia burkinesa lo ha perdido prácticamente todo como consecuencia del zarpazo yihadista: desde sus templos parroquiales o el material catequético, hasta el propio sustento de sus sacerdotes y catequistas. Ellos también se han convertido en desplazados como el resto de la población. Por ello, entre los proyectos que apoya esta campaña se encuentran el sostenimiento del clero por medio de estipendios de Misas, así como el apoyo a los catequistas y a su misión. También hay ayudas destinadas a la movilidad geográfica de los agentes de pastoral a través de la compra de vehículos, por el problema de la inseguridad y el mal estado de las carreteras.