El obispo de Tenerife pide que la solidaridad con La Palma se extienda al futuro
Ha presidido una Eucaristía en el santuario de Nuestra Señora de las Nieves para pedir a Dios «que nos veamos libres de esta catástrofe lo antes posible»
El Real Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, en Santa Cruz de La Palma, ha acogido esta tarde una Eucaristía presidida por el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, para pedir a Dios que cese la actividad del volcán de Cumbre Vieja y se puedan salvar las viviendas que todavía no han sido devoradas por la lava. Además, ha realizado un llamamiento a la solidaridad de todos, una solidaridad, según ha dicho, que se debe extender en el tiempo y no solo cuando el volcán está activo.
«Se están produciendo muestras de generosidad con las personas más desfavorecidas. Que no sea solo lo que dure el volcán. Ojalá que se pare esta noche, pero la situación se va a prolongar en el futuro, pues no es fácil recuperar la vivienda, que las familias tengan todo lo necesario…», ha afirmado.
En este sentido, ha pedido a los cristianos que se muestren cercanos «en el día a día», pues las personas afectadas necesitan «cariño, consuelo, sentirse queridas…». «Esto vale muchísimo más que todos los bienes y ahí estamos los cristianos, que tenemos que dar muestras de ese amor fraterno sacrificando bienes y nuestras comodidades», ha subrayado.
Álvarez, que nació en La Palma y ha sido párroco en la zona afectada en los años 80, ha pedido a Dios «que nos veamos libres de esta catástrofe lo antes posible» y que consuele y dé fortaleza para seguir adelante a las personas que han visto cómo la colada de lava se llevaba por delante sus hogares. Además, ha comentado que conoce de primera mano lo que ha costado levantar las casas o poner en marcha los cultivos, muchos de ellos de migrantes que volvieron de Venezuela o Cuba con unos pequeños ahorros.
Con los afectados
El prelado ha podido encontrarse durante el día con algunas personas que habían sido evacuadas y que residen en los recursos habilitados. También han visitado la parroquia de San Isidro –acompañado por su párroco, Alberto Hernández–, donde se guardaron las piezas más valiosas que se pudieron rescatar de la iglesia de San Pío X, amenazada por la lava.
También ha tenido palabras de agradecimiento para la labor de tantas personas –Policía Nacional, Guardia Civil, UME, Protección Civil…– por la coordinación, el esfuerzo y la cercanía, que «es impresionante». «Damos gracias a Dios porque, afortunadamente, estas actitudes y estos servicios están aliviando las dificultades que ha generado la erupción», ha concluido.