El obispo de Mallorca se reúne con la concejala de Podemos que pidió tirar la estatua de fray Junípero
Tras el encuentro, tanto monseñor Taltavull como Sonia Vivas han animando a los ciudadanos a «rebajar» e incluso «eliminar» el nivel de crispación y violencia
El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, y la concejala de Justicia Social del Ayuntamiento de Palma, Sonia Vivas, se reunieron este lunes por la tarde para «acercar posturas», ha explicado el obispado en una nota, después de los ataques que se produjeron en Palma contra la figura de fray Junípero Serra.
El encuentro se ha producido después de que Vivas alentara a la ciudadanía el pasado 21 de junio en su redes sociales a tirar pacíficamente la estatua del fraile situada en Palma. Tras estas declaraciones, la figura apareció manchada de rojo y con la palabra «racista» escrita en la peana, lo que motivó un comunicado del obispado mallorquín en el que se condenaba el ataque y defendía la figura de Serra.
En la reunión, calificada desde la iglesia como fructífera, «se ha profundizado positivamente en el papel de ambas instituciones en la creación de un espacio común de diálogo y entendimiento constructivo, desde opciones aparentemente diversas pero que confluyen en el mismo objetivo: el servicio a la ciudadanía, especialmente en estos tiempos difíciles que estamos viviendo».
Tras el encuentro, ambas instituciones han animando a los ciudadanos a «rebajar» e incluso «eliminar» el nivel de crispación y violencia. «En lugar de destruir imágenes, dediquémonos a reconstruir personas», pidió monseñor Taltavull. Por su parte, Sonia Vivas sostuvo que «tenemos que construir a partir de un punto de encuentro y siempre con diálogo».
Violencia de género
No es la primera vez que los representantes de las instituciones se reúnen. «Durante el Estado de alarma, ya se establecieron puntos de cooperación entre la concejalía y la diócesis en materia de violencia de género», asegura el obispado de Mallorca en un nota que concluye recogiendo unas declaraciones de Sonia Vivas destacando «la sensibilidad mostrada por el obispo hacia las necesidades de las mujeres maltratadas y sus hijos».