El obispo de Cartagena matiza las declaraciones de su Delegación de Migraciones contra «grupos políticos»
Tras unas contundentes declaraciones de la diócesis contra un parlamentario de VOX, José Manuel Lorca ha recalcado que «no se trata de buscar culpables sino soluciones»
José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena, ha lanzado un comunicado este lunes matizando algunas declaraciones de la Delegación de Migraciones de la diócesis en las que el ente criticaba las intervenciones públicas de Ángel Antelo, líder de VOX en la Región de Murcia. Así, pocas horas después de que la delegación acusara al diputado de realizar «unas calumniosas declaraciones para diversos medios de comunicación vinculando inmigración con inseguridad ciudadana», el obispo de Cartagena ha reconocido como «un error señalar a personas o instituciones como causantes de este problema, ya que es responsabilidad de todos los ciudadanos y de todas las instituciones».
Otras de las valoraciones de la Delegación de Migraciones que han llamado la atención de la prensa nacional dice así: «Ciertos grupos y líderes políticos, y algunos de los principales poderes fácticos (medios de comunicación, lobbys, etc) están normalizando, con mucha osadía y total impunidad, peligrosos idearios al difundir y legitimar discursos de odio que atentan, directa y especialmente, contra uno de los grupos de personas más vulnerables: los de origen inmigrante». Es una afirmación que el obispo de Cartagena asimismo ha enmendado alegando que «no se trata de buscar culpables sino soluciones». Además, y en nombre de la diócesis, ha agradecido explícitamente «la colaboración de las instituciones de la Región de Murcia que brindan su apoyo para ayudar a los más necesitados».
El prelado ha confesado además ser conocedor en primera persona de la situación a la que llegan los migrantes a España. «Es un tema muy dramático y complejo que nos lleva a la urgente ayuda humanitaria», ha dicho Lorca, quien ha compartido cómo «he visto con mis propios ojos el dolor de las personas que huyen de su país buscando un futuro». A su juicio, «una realidad que rompe el alma» y que debe llevar a los católicos a responder «las llamadas urgentes realizadas sobre este tema por parte de los obispos canarios».