El obispo de Bilbao pide la disolución definitiva de ETA - Alfa y Omega

El obispo de Bilbao pide la disolución definitiva de ETA

Monseñor Iceta pidió perdón por las actuaciones «poco evangélicas» de la Iglesia en el acompañamiento a las víctimas y pide a los cristianos «ser testigos de la paz»

José Antonio Méndez
Monseñor Iceta, durante uno de los momentos del encuentro en Guernica
Monseñor Iceta, durante uno de los momentos del encuentro en Guernica. Foto: Obispado de Bilbao.

«La Iglesia es experta en humanidad, y en una sociedad castigada durante décadas por el terrorismo, podemos aportar todo lo que hemos recibido del Señor para ser agentes de reconciliación, capaces de hacer llegar la gracia de Dios a todos. Por eso quisimos celebrar el encuentro de Guernica, para trabajar y orar juntos. Y aunque aún no tengo las conclusiones de los grupos de trabajo, puedo decir que fue un momento lleno de esperanza». Así explica a Alfa y Omega monseñor Mario Iceta, obispo de Bilbao, por qué ha querido celebrar un encuentro diocesano de oración, reflexión y trabajo «contra la indiferencia» y por la reconciliación en el País Vasco. Estaban convocados a él no solo los católicos de Bilbao, sino también víctimas de la violencia etarra y sus agresores.

Monseñor Iceta sabe que sanar la división generada por el terrorismo no será fácil, pero confía en «que la misericordia de Dios venza todas las barreras y toque el corazón de la sociedad vasca». Punto en el que entra la Iglesia, «porque los cristianos tenemos que ser testigos convincentes de la paz».

El encuentro reunió el sábado a un centenar de personas que respondieron a la invitación lanzada por monseñor Iceta, en la que el prelado pedía «discernir a la luz del Evangelio» cuestiones como «la entrega de armamento y disolución definitiva de ETA»; el «acompañamiento y reparación de las víctimas»; los movimientos «tendentes a repensar la situación de las personas encarceladas y sus familias» y «la petición de perdón por aquellas actuaciones en las que no hemos respondido adecuadamente a las exigencias evangélicas». Los participantes escucharon las meditaciones de los párrocos de Azcoitia y Erandio, y se reunieron por grupos para «definir las líneas de actuación en la realidad social y eclesial que nos toca vivir». «La violencia ejercida durante las últimas décadas», afirmaba monseñor Iceta, ha dejado «un reguero de sufrimiento sobrecogedor e injusto» que la Iglesia de Bilbao quiere sanar.