El monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano albergará a seis religiosas argentinas
Las hermanas ya se están preparando para su traslado y pertenecen a la Orden Benedictina de la Abadía de Santa Escolástica
El Papa Francisco ha invitado a seis religiosas argentinas a instalarse en el monasterio Mater Ecclesiae, el convento en plenos Jardines Vaticanos donde Benedicto XVI pasó sus últimos años. Las religiosas pertenecen a la Orden Benedictina de la Abadía de Santa Escolástica y previamente se encontraban en Victoria, una ciudad en la provincia de Buenos Aires.
Las hermanas ya se están preparando para su traslado. Siguiendo sus estatutos formarán una nueva comunidad monástica en el edificio designado, donde terminarán de instalarse en los primeros días de enero. El ente que se responsabilizará en último término de esta comunidad será la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano. La decisión se ha hecho pública a través de un boletín de la Oficina de Prensa ante la Santa Sede fechado el 13 de noviembre.
Mater Ecclesiae vuelve a albergar la vida religiosa
Con el traslado de las religiosas a este edificio, el monasterio Mater Ecclesiae recupera su vocación original. Fue erigido el 25 de marzo de 1994 por Juan Pablo II a través del breve apostólico La vita contemplativa. Casi 30 años más tarde, en una carta fechada el 1 de octubre, Francisco ha restituido el monasterio a su misión originaria, para que quienes vivan en él sostengan al Papa «por medio del ministerio de la oración, de la adoración, de la alabanza y de la reparación, siendo así presencia orante en el silencio y en la soledad».
Benedicto XVI había expresado su deseo de residir allí tras su dimisión el 11 de febrero de 2013, por lo que el monasterio sirvió como casa de retiro del Papa Ratzinger hasta el 31 de diciembre de 2022, cuando falleció. Hasta el momento de su muerte vivieron con él su secretario persona George Gänswein y cuatro mujeres miembro de las Memores Domini. Es decir, laicas sin ningún tipo de voto ni hábito ligadas a Comunión y Liberación, que se habían comprometido personalmente a vivir en castidad, obediencia y poniendo los bienes en común.