El modelo de Repara se extiende a dos diócesis españolas - Alfa y Omega

El modelo de Repara se extiende a dos diócesis españolas

En los tres últimos meses el Proyecto Repara de la archidiócesis de Madrid se ha repicado en León y en Teruel. Cada uno con su autonomía propia, comparten estructura, objetivos y nombre

Cristina Sánchez Aguilar
Ana María Lorenzo es la responsable del proyecto en León y experta en escucha. Foto cedida por Ana María Lorenzo.

Fue en enero de 2020 cuando, después de tres meses de trabajo, echó a andar el Proyecto Repara, impulsado por el Arzobispado de Madrid, con el objetivo de ampliar el trabajo de las oficinas diocesanas de atención a víctimas, que son receptoras de denuncias y exclusivamente en delitos sexuales cometidos en el ámbito eclesial. Una de las apuestas de este proyecto, que cuenta con un nutrido equipo de expertos que ofrece asesoramiento canónico y civil, atención psicológica y acompañamiento espiritual, formación y prevención, fue extender los destinatarios y ofrecer un apoyo a las víctimas de abusos sexuales no solo en el seno de la Iglesia, y también abarcar otro tipo de abusos cuyo alcance ha ido aumentando en estos años, como son los abusos de poder y de conciencia. Tres años de andadura después y con resultados tan destacables como la atención, tan solo en 2022, a 102 víctimas directas de abusos sexuales y de autoridad en distintos entornos —frente a las 72 de 2021 y a las 75 de 2020—, y en este último año, además, el acompañamiento a 19 familiares y a cinco victimarios, otras dos diócesis españolas, Teruel y León, han querido recoger el guante del buen hacer y han puesto en marcha las hermanas pequeñas de Repara, con mismo nombre, misma estructura y diferentes responsables.

El obispo auxiliar de Madrid José Cobo, encargado del seguimiento del proyecto en Madrid, explica que todo surgió cuando lo presentó en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española. «Hubo sintonía con ambos obispos diocesanos —José Antonio Satué, en Teruel, y Luis Ángel de las Heras, en León—, que me pidieron replicar la estructura», explica. «Evidentemente no hubo ningún problema; les dejábamos el nombre, les ofrecimos formación y hasta técnicos que tenemos para casos determinados. Ambos proyectos tienen su autonomía, con sus equipos propios, pero trabajamos en red, con personas formadas que se puedan intercambiar materiales, visiones… se amplía el número de cabezas que piensan». Además, «esto nos compromete a trabajar juntos a nivel nacional».

También a los victimarios
  • El Proyecto Repara en la Archidiócesis de Madrid atendió en el año 2022 a 102 víctimas directas, a 19 familiares y a cinco victimarios.
  • La formación es uno de los pilares de los tres proyectos. En Madrid, este último año asistieron a un curso 170 personas presenciales y 75 online.
  • 87 casos de los llegados a Madrid en 2022 eran de abusos sexuales, 48 en el entorno familiar.

En la diócesis de Teruel, Repara abrió sus puertas el día 1 de marzo. Con María del Carmen Julián, abogada, en el equipo, junto a otras cuatro personas, «ofrecemos acompañamiento jurídico, espiritual y psicológico». Hasta ahora, la oficina diocesana de atención a las víctimas estaba en Zaragoza —para todas las diócesis aragonesas—, y recibía informes y denuncias. Pero el obispo diocesano «quiso acercar el servicio a las personas de Teruel y, además, ampliarlo». Julián, conocedora de la realidad de las víctimas ya que trabaja en el turno de guardia de víctimas de abusos en Teruel, no dudó en dar su sí a la llamada de Satué. «Vi que iba muy en serio, que estaba por la labor de no hacerlo de cara a la galería». Y, como Repara en Madrid, dan cobertura no solo al entorno de la Iglesia. Hace poco que han empezado a darlo a conocer a la sociedad turolense. «El obispo quería replicar el modelo, por la credibilidad y lo serios que son trabajando», señala. Satué, por su parte, recalca que su decisión pasó por el empeño que ha de tener la sociedad, incluida la Iglesia, «por aliviar el dolor producido por los abusos y prevenir casos futuros». Los cometidos en la Iglesia, «además de otros daños, provocan una ruptura con Dios, cuya curación, en muchos casos, reclama un compromiso claro de la misma Iglesia, reconociendo la verdad, pidiendo sinceramente perdón y trabajando decididamente en favor de las víctimas y la prevención». Otro de los motivos de ampliar el campo de actuación, asegura, «es que muchos hombres y mujeres de Iglesia, sensibilizados por esta realidad, así lo reclaman».

Luis Ángel de las Heras, obispo de León, está estos días dando a conocer su propuesta en la diócesis. «Buscando información y asesoramiento por distintas vías coincidimos todos llegando a la conclusión de que el Proyecto Repara de la archidiócesis de Madrid era el modo que nos parecía más acertado para afrontar esta delicada cuestión a la que estábamos urgidos por la Iglesia y por nuestra propia responsabilidad como diócesis». Por lo que apostaron por este modelo. «Los responsables de Madrid, a quienes estamos muy agradecidos, nos permitieron usar y adaptar el proyecto» y así surgió. En él trabaja Ana María Lorenzo, educadora por las mañanas, responsable el resto de su tiempo de esta iniciativa y la persona que estará encargada de la escucha. A la que está acostumbrada, pues lleva tiempo trabajando al otro lado del Teléfono de la Esperanza. «No quiero dejar de agradecer el asesoramiento de otras asociaciones como Betania, con María Teresa Compte, o las diócesis de Vic y Astorga, de las primeras donde se hizo un protocolo», recalca. Una psicoterapeuta con 30 años de bagaje en abusos intrafamiliares, una trabajadora social que hará de mediadora, un laico doctor en Filosofía y Teología para el acompañamiento espiritual, un médico y psicólogo y un asesor jurídico completan el plantel leonés.

Ana María Lorenzo es la responsable del proyecto en León y experta en escucha. Foto cedida por Ana María Lorenzo.

Dentro de un año volveremos a llamar a sus puertas para recabar las siempre tan solicitadas cifras, pero, de momento, además de esperar a quien necesite su ayuda, ofrecerán formación —buque insignia de los tres proyectos— a sacerdotes, agentes de pastoral y todo el que trabaje en el ámbito eclesial. «Aquí en León también lo haremos con gente que trabaja con presos; queremos tratar mucho la prevención, que es fundamental». Recuerda Cobo que todavía «hay resistencia pasiva ante esto» en la Iglesia, es decir, gente que no lo critica, pero no hace nada. Valgan el ejemplo de Madrid, León y Teruel para ver que el proyecto se puede replicar en toda España.