El Ministerio de Educación fija un mínimo de una hora semanal para la clase de Religión
Las comunidades autónomas podrán añadir más tiempo a la materia. Según el departamento de Pilar Alegría, no habrá grandes variaciones con la situación actual
El Ministerio de Educación y Formación Profesional ha decidido que la clase de Religión va a tener, como mínimo, una hora a la semana en todas las etapas con la LOMLOE, según han confirmado a Alfa y Omega fuentes del departamento que dirige Pilar Alegría, que tiene competencias para fijar el 60 % del horario de las asignaturas en las comunidades sin lengua cooficial y el 50 % en las bilingües.
Así, la materia incrementará su tiempo semanal en comunidades autónomas como Aragón o Canarias, donde hasta ahora se impartía durante 45 minutos a la semana. Que el resto de autonomías amplíe o no el horario de esta materia dependerá de sus Gobiernos, que podrían añadir media hora o una más.
«Las conversaciones con la Conferencia Episcopal Española (CEE) han sido muy fluidas. Se han alcanzado acuerdos en varios temas y quedó pendiente definir el horario. Es cierto que les gustaría disponer de más horas, pero este mínimo no les chirría en comparación con los horarios actuales. Y falta lo que puedan añadir las comunidades autónomas», explican las mismas fuentes.
Desde el Ministerio de Educación recuerdan que son los acuerdos entre la Santa Sede y el Gobierno de España los que marcan cómo tiene que ser la clase de Religión y, por tanto, siguiendo esta legislación recalcan que va a ser impartida en horario escolar, «como cualquier otra asignatura».
Que se ponga a primera hora o a última hora va a depender de los centros, que tienen autonomía para decidir estas cuestiones y para organizarse con libertad. «En este sentido, no ha habido ningún problema ni nada que discutir con la Conferencia Episcopal», explican.
Continúa el proceso de consulta del currículo
Desde la CEE, sigue en marcha el proceso de consulta sobre el nuevo currículo de la materia, que se extenderá hasta el próximo 21 de octubre. La comunidad educativa –familias, profesorado, centros educativos, sindicatos…– podrán trasladar aportaciones y mejoras.
El currículo plantea seis competencias específicas, que son producto del diálogo entre el sistema educativo y la teología, como fuente de la materia. Estas subrayan la dimensión personal según la antropología cristiana; la dimensión social de la persona (doctrina social de la Iglesia); el potencial transformador de la educación; la dimensión cultural, el patrimonio y el diálogo fe y cultura; la interioridad y la dimensión espiritual, y, finalmente, la síntesis del mensaje cristiano.
En sentido, los alumnos que elijan esta materia reconocerán la dignidad humana, asumirán valores como el respeto, la gratuidad o la reconciliación, aprenderán a resolver conflictos de forma pacífica, lucharán contra la pobreza, la violencia o la desigualdad entre hombres y mujeres, cuidarán el medio ambiente o descubrirán la interioridad y la relación con Dios, entre otras competencias.