El Jubileo no va a acabar con la sinodalidad - Alfa y Omega

El Jubileo no va a acabar con la sinodalidad

La llamada de la Iglesia a que en este año cada fiel sea constructor de esperanza es una nueva llamada a la corresponsabilidad

Alfa y Omega

La Iglesia no da carpetazos. Los grandes eventos, con sus líneas maestras, dan esa sensación a veces. Tras años de un exhaustivo proceso de escucha en el que la sinodalidad parecía el ingrediente necesario para todo ahora toca hablar de esperanza, pensarán algunos. Buena parte de las citas eclesiales este año girarán en torno a la idea central del Jubileo. Pero en el día a día no se cambia de prioridad como quien quita un cartel y lo sustituye por otro nuevo. O, al menos, no debería ser así, porque en el fondo todo se reduce a lo mismo: anunciar el Evangelio.

En las diócesis y comunidades parroquiales no se va a dejar de trabajar para mejorar la comunión y la participación de todos en la misión —no era otra cosa la sinodalidad—, precisamente porque el mundo está sediento de la Buena Noticia que le ayude a volver a confiar. Prueba de ello son algunas de las prioridades de la Iglesia en Madrid, como el protagonismo de los centros de escucha para tantas personas que sufren y el renovado impulso a los catecumenados de adultos para acompañar a quienes han encontrado en la propuesta cristiana la respuesta que estaban buscando.

Por otro lado, dentro de la corresponsabilidad que deben tener los laicos, desde la Conferencia Episcopal Española se invita a que el Jubileo no quede en peregrinar a Roma u otro templo jubilar. Cada católico está llamado a ser instrumento de esperanza donde no la hay. En particular, la CEE invita a conocer y apoyar la labor de la Iglesia a favor de las víctimas de trata. También necesitan esperanza las personas migrantes, un desafío que —este sí— no parece cambiar. En 2025, la Iglesia apuesta por seguir luchando para garantizar una acogida digna en las fronteras sacando esta cuestión de la bronca política y haciendo realidad por fin la ILP para la regularización de medio millón de migrantes. También por compartir y poner en común buenas prácticas para su promoción e integración.