El ITVR invita a ver los «rasgos prometedores» de la vida consagrada y no solo las pérdidas
Comienza en Madrid la Semana Nacional de Vida Consagrada para reflexionar sobre la esperanza
Este miércoles ha comenzado en Madrid la 52 Semana Nacional de Vida Consagrada, proponiendo «una reflexión serena sobre la esperanza, entendiéndola como lo que es: una virtud teologal que muestra su eficacia en la cotidianeidad que nos rodea», según ha manifestado Antonio Bellella, director del Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR), que organiza el evento. Precisamente, el título es Entretejiendo itinerarios de esperanza.
En un evento dual, presencial y online, el sacerdote claretiano ha invitado «a hallar rasgos prometedores de una vida consagrada distinta» a pesar de que esta forma de vida vive una «prolongada tarde», aquella, ha dicho, «que esconde tras de sí el dolor y el duelo que provocan las pérdidas desalentadoras».
«Situándose en coherencia, pues sería un contrasentido hablar de la esperanza sin generarla —ha continuado el director del ITVR—, la Semana quiere contribuir humildemente a suscitar una fe más madura y humilde, capaz de acoger, tomar en serio e integrar la experiencia de oscuridad y el vacío que nace de la pérdida de centralidad, seguridad y control».
En la apertura de este particular congreso ha participado el nuncio del Papa en España, Bernardito Auza, que ha recordado el mensaje de Francisco a los consagrados. «Las palabras del Santo Padre estimulan, sin duda, el compromiso de vuestra consagración, porque sois capaces de mirar a la realidad con ojos nuevos. Estáis llamados a ser eco de la promesa de Dios», ha subrayado.
Por su parte, el secretario general de la CONFER, Jesús Miguel Zamora, ha pedido a los religiosos «algo más que permanecer en la sociedad y en la Iglesia».«Nosotros nos seguimos desgastando, haciendo de Cristo nuestra esperanza, convencidos de que hemos llegado hasta aquí con el trabajo y la entrega de todos cuantos nos han precedido», ha afirmado.
Finalmente, Adolfo Lamata, superior mayor de los claretianos de la provincia de Santiago, ha animado a vivir la Semana «aprendiendo un arte que ocupó un lugar muy relevante en la juventud de nuestro fundador, san Antonio María Claret, el arte de tejer». «Un arte que tiene que ver con los telares, pero también es un arte relacional y espiritual. Por eso es pertinente procurar tejer redes de relaciones al servicio de la esperanza», ha sentenciado.