Javier Marrodán Ciordia es un estudiante cincuentón del Colegio Romano de la Santa Cruz, el seminario del Opus Dei. Si Dios quiere, en mayo de 2023 será ordenado sacerdote y ejercerá su ministerio en alguna de las múltiples labores de la Obra.
Tiremos un poco del hilo. Marrodán es un profesor de Periodismo de la Universidad de Navarra que atiende en su despacho a alumnos de todo pelaje. Escucha sus inquietudes, lee sus escritos, recomienda libros, se interesa por sus vidas. A algunos incluso los lleva en coche a Niza para entrevistar a una superviviente del Holocausto.
Otro tirón. Marrodán es director de Nuestro Tiempo, la revista de la Universidad. Allí entabla amistad con un asturiano recién licenciado, un poco caótico y bocazas, que se estrena en la profesión. Conversan, hacen excursiones por el monte, peregrinan a Lourdes, entrevistan a Arcadi Espada. Marrodán reza mucho por él (por el asturiano sobre todo, aunque seguro que también por Espada), y la oración da fruto llegado el momento.
Otro tirón. Marrodán es periodista del Diario de Navarra a lo largo de 20 años. Trabaja en diferentes secciones, entrevista a personajes variopintos, investiga tramas de corrupción, lidia con el entorno abertzale, informa de los crímenes de ETA, da voz a las víctimas del terrorismo y dignidad a los enfermos de sida. Mientras, forja vínculos imperecederos en la redacción, ofrece consuelo a los becarios, padece los sinsabores del oficio y se gana el prestigio de ser uno de los mejores —si no el mejor— reportero de la Comunidad Foral.
Un último tirón. Es 7 de enero de 1981. Un adolescente Marrodán escribe al prelado del Opus Dei, el hoy beato Álvaro del Portillo, para solicitar su admisión como numerario. «Desde aquel día, del que se han cumplido 40 años, me encuentro bastante cómodo en el mundo: tengo la sensación de que todas las piezas de mi existencia se encuentran en su sitio, aunque haya habido temporadas mejores y regulares, claroscuros, adversidades e incomprensiones. No he tenido anhelos de otras vidas porque la mía siempre me ha parecido interesante. Al fin y al cabo, es Dios mismo quien me la propuso, quien quiso contar conmigo sin que yo hubiera hecho nada». Este párrafo pertenece a Tirar del hilo. Todas las historias que me han llevado a Roma (Eunsa, 2022), las excelentes memorias que acaba de publicar.