El Gobierno iraquí restituye oficialmente al cardenal Sako como líder caldeo
El patriarca ha anunciado que volverá a Bagdad, la capital. En julio del año pasado se había trasladado al Kurdistán iraquí tras revocarse un decreto que también lo validaba como administrador de los bienes de la Iglesia
El Gobierno iraquí ha restituido el reconocimiento oficial al patriarca caldeo, Louis Raphael Sako, once meses después de arrebatárselo. El primer ministro del país, Mohamed Shia al Sudani, firmó el 5 de junio un decreto en el que volvía a reconocerlo como líder de la Iglesia caldea, informa la agencia AFP.
La información recoge también unas declaraciones del propio patriarca desde su exilio autoimpuesto en el noreste del país afirmando: «Volveré a Bagdad». «Estoy muy satisfecho porque ha prevalecido el Estado de derecho, lo que da más esperanza a los cristianos sobre el respeto a sus derechos», añade.
El 3 de julio del año pasado el presidente iraquí, Abdul Latif Rashid, revocó el decreto que desde su elección en 2013 reconocía a Sako como líder de la Iglesia caldea. Esto implicaba que dejaba de ser el administrador de sus bienes.
Desencuentro con las milicias cristianas
La decisión se produjo después de varios meses de desencuentros entre el cardenal y el político cristiano Rayan al Kildani, líder del Movimiento de Babilonia. El brazo armado de esta organización es parte de una red de milicias proiraníes integradas en las fuerzas de seguridad iraquíes durante los últimos años. Desde la lucha contra el Estado Islámico el Movimiento Babilonia se había ido haciendo con más poder. En ese momento, contaba con cuatro de los cinco diputados reservados a la minoría cristiana y controlaba un ministerio, en un sistema de cuotas que no agrada a la Iglesia.
Además de los fuertes reparos de Sako a la creación de milicias cristianas, el cardenal criticaba que Kildani se postulara como representante de la comunidad cristiana. El político lanzó mensajes parecidas contra él, acusándole de asumir un rol político más allá de su ministerio religioso. Desde la Iglesia, se temía que se pudiera acabar poniendo los bienes eclesiásticos en manos de Kildani, como representante político de los cristianos.
Tras la revocación del reconocimiento oficial, Sako dejó Bagdad y se instaló en la región autónoma del Kurdistán iraquí, donde había sido obispo antes de ser elegido patriarca. La resolución del caso se ha producido después de que se reuniera con Al Sudani en abril durante una visita a la capital del país. El decreto firmado esta semana instituye además a Sako como «guardián de las propiedades de la Iglesia caldea», por lo que «las autoridades relevantes deberían tomar las decisiones necesarias en consecuencia».