«El diálogo interreligioso no se trataba en Córdoba desde 1978»
Católicos, evangélicos, judíos y musulmanes se han sentado juntos para ahondar en el conocimiento mutuo y afrontar el reto del pluralismo religioso en nuestro país
Esta semana comenzó con un hecho histórico en Córdoba. «Por primera vez en la ciudad nos hemos sentado en la misma mesa a dialogar los representantes de las principales confesiones de nuestro país», asegura Antonio Navarro, delegado de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso de la diócesis de Córdoba. El hito tuvo lugar durante las Jornadas Interreligiosas Espíritu de Córdoba, que se celebraron los pasados lunes y martes y reunieron a católicos, musulmanes, judíos y evangélicos. El encuentro, sin embargo, no partió de ninguno de ellos. El acto fue organizado por el Palacio de Congresos de Córdoba —uno de los pocos en España de gestión privada— gracias a la iniciativa de su CEO, Juan Salado. «Desde 1978 no se hablaba de diálogo interreligioso en Córdoba», lamenta en entrevista con Alfa y Omega, «a pesar de que esta ciudad siempre ha sido un ejemplo de convivencia». Así lo defendió incluso Obama en 2009 durante un discurso en la Universidad de El Cairo, cuando el entonces presidente de EE. UU. alabó y pidió emular el espíritu de tolerancia de la ciudad andaluza. Aquella cita tiene mucho que ver con el encuentro de esta semana, porque cuando Salado escuchó estas palabras pensó que «casaban a la perfección con las ideas de convivencia y paz que siempre hemos tratado de difundir a través de la responsabilidad social del Palacio de Congresos», cuyo edificio está situado justo delante de la mezquita-catedral y sobre los restos arqueológicos del Alcázar Califal y la Casa del Califa.
Tras el discurso de Obama, Salado registró la marca Espíritu de Córdoba y desde entonces se dedica a organizar actividades para difundirlo. En la última, las jornadas interreligiosas, participó el alto representante de Naciones Unidas para la Alianza de Civilizaciones, Miguel Ángel Moratinos, que llegan en un momento especialmente delicado. Hace tan solo tres semanas —el pasado 25 de enero— un hombre entró en dos iglesias de Algeciras y arrebató la vida del sacristán Diego Valencia. «Fue un hecho gravísimo. Ha sido un ataque directo contra la convivencia en nuestro país», sostiene Isabel Romero, presidenta de la Junta Islámica de España, que pide la organización de más experiencias como esta que contribuyan a revertir los efectos «tan negativos» de lo ocurrido. Y también para «que la gente aprenda a no generalizar a partir de un hecho puntual realizado por un extremista».

Del mismo modo, el sacerdote Antonio Navarro defiende la necesidad de encuentros de este tipo ante el creciente pluralismo religioso en España, lo que «conlleva no pocas dificultades de adaptación». «Hay muchos musulmanes de primera generación que están recién llegados y traen un legado cultural totalmente distinto al nuestro», explica. Y esto, si no se trabaja, «puede generar bastantes problemas de convivencia». De ahí la importancia del diálogo entre religiones y confesiones, del conocimiento mutuo, de la colaboración, «aunque no nos podemos quedar con los eslóganes», advierte. «Hace falta inversión, pero no para dar un empleo y una casa, sino para posibilitar una integración real».
Para sentar las bases, desde la organización del evento se ha optado por empezar a trabajar con los jóvenes y su espiritualidad. «A nadie se le escapa que hoy hay una crisis existencial», afirma la presidenta de la Junta Islámica, y en ella, los jóvenes son quizá los que se han llevado la peor parte. «Viven escuchando constantemente la advertencia de una guerra mundial o de que el sistema y el planeta colapsen. Tampoco tienen un fácil acceso al mercado laboral».
Para Romero, todo eso «va fraguando un desánimo que muchas veces les impide ir más allá de lo que se percibe en la realidad inmediata». Por eso, durante las jornadas se quiso reflexionar sobre las implicaciones sociales que tienen para los jóvenes el descubrir en la actualidad a Dios, «que tiene mucho que ver con el compromiso».