El colegio La Salle, junto a La Paloma, bendice una imagen de santa Filomena al año de la explosión
«Tal como lo vivimos nosotros, fue un milagro». Por eso, un año después de la explosión de gas en un edificio de la parroquia La Paloma, la directora del colegio La Salle, Visitación Salazar, asegura que vivirán este 20 de enero de 2022 como un día de «acción de gracias». Una tapia es la única separación que hay entre el patio del centro y el edificio que albergaba el complejo parroquial y las viviendas de los sacerdotes, que voló por los aires al filo de las 15:00 horas del 20 de enero de 2021.
Aquella mañana, la directora y el equipo del centro habían decidido no sacar a los niños al patio. Era el primer día de colegio tras el paso de la tormenta Filomena. «Vinimos días antes para quitar nieve; estuvimos vaciando la azotea, que estaba llenísima, y lanzándola al patio, con lo que se acumuló mucha más nieve», cuenta la directora. Así que los primeros días de la vuelta, hasta que la nieve se derritiera, los niños se quedarían dentro en los recreos para evitar los riesgos de tanta nieve y hielo.
En condiciones normales, a la hora de la explosión los alumnos de este centro, que acoge las etapas de Infantil y Primaria, habrían estado en el patio. Pero «no nos pasó nada», y por eso este jueves, 20 de enero, a las 15:30 horas, celebrarán una Eucaristía de agradecimiento en La Paloma, presidida por el párroco, Gabriel Benedicto. Una iglesia con la que tienen mucha relación ya que en ella celebran, cada año, varias Eucaristías con alumnos y padres, además de otras celebraciones en momentos litúrgicos destacados.
«¡Estamos muy protegidos!»
Durante la ceremonia, el párroco bendecirá una imagen de santa Filomena, no precisamente por la tormenta, sino por un cuidado especial ligado a la familia de la directora. La abuela de su marido, también profesor del centro, había fallecido hacía tres años. Se llamaba Filomena, Filo. El matrimonio, con un hijo en el colegio y otra, la mayor, que justo en el momento del siniestro estaba en un autobús bajando la calle Toledo hacia el centro, fue consciente de que «podíamos haber caído los cuatro». Y se acordaron de la abuela, «¡cómo nos ha cuidado sabiendo que estábamos todos aquí!».
Así que el profesor, junto a su madre, decidieron donar una imagen de la santa patrona que daba nombre a la abuela que se situará en una ménsula en la galería del patio. Los niños tendrán siempre con ellos a esta adolescente mártir —según la tradición— de la Iglesia primitiva, cuyos restos fueron hallados en la catacumba de Santa Priscila de Roma. El padre Pío, quien le profesaba una devoción particular desde niño, se refería a ella como «princesita del Paraíso».
El colegio La Salle se siente también muy cuidado por la Virgen de la Paloma, más desde que en el muro colindante con el templo se instaló, el pasado mes de mayo, un mosaico con la imagen de esta Soledad. «¡Estamos muy protegidos!», exclama la directora. Una imagen situada en la calle, en el lugar en el que se inició su devoción en el siglo XVIII, y que está despertando de nuevo la veneración popular. «Es curioso ver cómo prácticamente a diario la gente se acerca, se santigua, les ves rezando…».
Actos en memoria de las víctimas
Con motivo del primer aniversario del trágico suceso, en el que fallecieron cuatro personas —entre ellas Rubén Pérez, sacerdote, y David Santos, feligrés de la parroquia—, la propia parroquia y el Arzobispado de Madrid han organizado varios actos, que arrancaron este miércoles, 19 de enero, a las 20:00 horas, con un concierto de recuerdo y homenaje en la parroquia organizado por la asociación AVEGAST (Amigos de las Víctimas de la Explosión de Gas de la calle Toledo).
Este jueves, 20 de enero, cuando se cumple justo un año de la explosión, habrá varias celebraciones adaptadas a la situación de pandemia. Además de la Misa de acción de gracias del colegio La Salle, se rezará el rosario ante el mosaico de la Virgen a la hora en que se produjo la explosión y se celebrará una Eucaristía solemne, a las 20:00 horas, en la catedral de la Almudena, presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro.
El programa completo se puede consultar aquí.