El cardenal Parolin llama por teléfono al ministro de Exteriores ruso y le pide que pare la guerra - Alfa y Omega

El cardenal Parolin llama por teléfono al ministro de Exteriores ruso y le pide que pare la guerra

El secretario de Estado del Vaticano muestra su «preocupación» por la situación en Ucrania y reclama que se respeten los corredores humanitarios

Redacción

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, ha telefoneado este martes al ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, Sergey Lavrov, para expresarle su «preocupación» por la guerra en Ucrania y pedirle que se respeten los corredores humanitarios.

La llamada ha sido confirmada por el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, que ha señalado que el cardenal transmitió al ministro ruso «la profunda preocupación del Papa por la guerra en Ucrania». Del mismo modo, recordó el llamamiento del Pontífice para que «cesen los ataques armados, se establezcan corredores humanitarios y para que la violencia sea sustituida por las negociaciones».

Según una nota de prensa emitida por el Gobierno de Rusia, Lavrov ha expuesto la posición de Rusia ante «la preocupación de Parolin por la situación en Ucrania». El dirigente ruso habría abordado tanto las causas como los objetivos de la operación militar.

Ambos han expresado la esperanza de que se celebre una nueva reunión entre Moscú y Kiev lo antes posible, y de que se llegue a un acuerdo para que cese la guerra, informa Europa Press.

Horas antes de la conversación, el propio Parolin insistió en una entrevista en TV2000 en la necesidad de abrir una vía diplomática para frenar el conflicto. «Nosotros estamos disponibles. Lo que hay que hacer ahora es parar las armas y los combates», señaló.

Además de la labor diplomática, el purpurado recordó que la Santa Sede también trabaja en los planos religioso y humanitario. En el primer caso se enmarca la jornada de oración promovida la semana pasada por el Papa Francisco y en el segundo todo el trabajo que está realizando Cáritas, las diócesis y otras instituciones, sobre todo, en la acogida de refugiados.