El Camino de Álvaro ofrece en Compostela sus intenciones por familias y matrimonios
«Si está Dios en medio de tu casa, entonces te saca de muchas situaciones», dice el padre de Álvaro Calvente tras culminar la peregrinación a Santiago
«Qué emoción y alegría hacer el camino con mi esposa, con Álvaro y mis compadres, qué gran regalo. Doy gracias a Dios porque nos quiere, por ser quienes somos… nosotros mismos», así reflejó en la red social X su llegada a Santiago de Compostela Ildefonso Calvente, padre de Álvaro Calvente, el protagonista de la iniciativa El camino de Álvaro.
Desde hace varios años, Álvaro, un chico de 19 años con discapacidad intelectual, recorre varias etapas del Camino de Santiago, cada vez con una intención distinta. En esta ocasión lo ha hecho acompañado de sus padres y de sus padrinos, un quinteto que ha caminado durante cinco días con el corazón y la oración puestos en las dificultades de los matrimonios y las familias.
«Viendo cómo está la situación en muchos hogares, este año hemos querido ofrecer nuestra peregrinación por las familias», señala Ildefonso, que testimonia asimismo que «si está Dios en medio de tu casa, entonces te saca de muchas situaciones, y eso lo sabemos personalmente mi mujer y yo, que a lo largo de nuestra vida juntos hemos ido aprendiendo a morir un poco cada día el uno por el otro».
«Esto es como el Camino de Santiago: si hay dificultades, no hay que desanimarse, porque siempre se llega», confirma su esposa, Raquel, para quien una debilidad de sus rodillas le ha hecho pasar algún mal rato durante la peregrinación. Es una enseñanza que también extiende a los pacientes oncológicos, pues con ellos trabaja como auxiliar en un hospital de Málaga, donde residen.
La madre de Álvaro ha podido comprobar estos días «cuánta energía y cuánta fuerza» tiene su hijo, un ejemplo para las más de 4.000 personas que siguen las publicaciones de Ildefonso en las redes sociales. «Nosotros los animamos a que nos manden sus peticiones –dice él– y son muchos los que nos escriben por privado contándonos sus preocupaciones y sus inquietudes. Nosotros las recogemos en una libreta y al llegar a Santiago se las presentamos todas al Apóstol».
Al final, el resultado de tanto esfuerzo y tanta intención es «un Álvaro contentísimo» y mucha gente pendiente de él «y de la fe que transmite», señala Ildefonso, que ya avanza que para el año que viene se están planteando realizar el camino desde Asturias. «Será, como siempre, una gran aventura», concluye.