El arzobispo de Pamplona pide que la Justicia actúe tras las agresiones en la procesión de San Fermín
Asido al rosario, el prelado rezaba a la Virgen por los que le insultaban: «Son hijos tuyos. Cuídalos»
Sucedió en la calle Curia de Pamplona, cuando las autoridades civiles y eclesiásticas —entre ellas el arzobispo de Pamplona— cerraban la procesión en la fiesta de San Fermín. Un grupo de personas vinculadas a la izquierda abertzale, según ha denunciado la propia corporación municipal en un texto aprobado por UPN y por el Partido Socialista de Navarra, comenzaron a insultar y a presionar a la comitiva, provocando incluso heridos entre las fuerzas que seguridad que la custodiaban.
Las consignas iban dirigidas a los dirigentes políticos —«UPN kanpora (fuera UPN)»— y también a los religiosos, pues los carteles rezaban lemas como «hipócritas fuera» junto al dibujo de un obispo, perfectamente reconocible al portar mitra y báculo. «Sus palabras eran cada vez más duras y más fuertes», explica Francisco Pérez, arzobispo de Pamplona, en conversación con Alfa y Omega.
Él siguió los incidentes muy de cerca, pero «con tranquilidad». «Lo viví como un hijo de Dios, sabiendo que tendrá que operar la Justicia, la verdad, el amor y la misericordia», ha añadido. El prelado se ha detenido en la cuestión judicial, pues espera que los responsables de estos acontecimientos «tengan algún tipo de corrección», pues «no pueden campar a sus anchas».
En algunas de las imágenes difundidas por los medios locales se ve al arzobispo de Pamplona asido al rosario, que siempre lleva durante la tradicional procesión. En ese momento, su plegaria se dirigía a la Virgen por los agresores. «Son hijos tuyos, cuídalos. Tú eres madre de todos, cuídalos», confiesa que repetía.
Desde el Arzobispado de Pamplona han censurado la violencia ejercida a través de un comunicado: «Es lamentable que los miembros de las instituciones públicas, que representan a esta ciudad de Pamplona, o de las eclesiásticas sean agredidos e insultados y que quienes los protegen tengan que sufrir semejante expresión de odio y violencia».
Con todo, la Iglesia en Navarra ha agradecido a las autoridades de la ciudad, a la Policía Municipal y a los sanitarios «su entrega y generosidad», al tiempo que los ha animado a continuar con «el trabajo que realizan».