«El agua no es para las mineras»
La extracción de litio supone unos dos millones de litros de agua por cada tonelada. Cinco jóvenes iberoamericanos han pasado por España para denunciar cómo las empresas ahogan a sus pueblos
«Las empresas mineras aparecen en los campos y, sin notificar nada a los que viven allí, empiezan a hacer catas, exploraciones. Es como si llegaran a tu casa y se metieran por cualquier hueco», explica Valentina Vidal a Alfa y Omega. La joven argentina lleva dos años como misionera claretiana en Ingeniero Jacobacci, ciudad del Río Negro, en Argentina, y aterrizó la semana pasada en España como miembro de la II Caravana por la Ecología Integral. Vidal denuncia las consecuencias de los proyectos extractivos mineros o, como ella los llama, «proyectos de muerte», que se dan en toda Argentina. La misionera, además, acompaña a las poblaciones mapuches. «Hay lugares donde se encuentra una familia y a los 100 kilómetros hay otra; solo se comunican por radio», explica Vidal para mostrar cómo las empresas mineras aprovechan estas circunstancias para engañarlos: «Les prometen un montón de cosas que después no llegan: trabajo, comunicación, mejoras en los edificios o acceso a la universidad para sus hijos».
La joven recuerda con dolor el asesinato de dos compañeros mapuches, Elías Garay, en Río Negro, y Rafael Nahuel, en la zona del lago Mascadi; ambos luchaban por los derechos de los pueblos originarios y contra los proyectos extractivos. Y alerta del gran daño que está haciendo al sur la transición energética que quiere el norte. El litio es el denominado oro blanco de esta transición, elemento básico en la actualidad para fabricar las baterías eléctricas recargables. Pero hace falta mucha agua para la extracción de este metal, alrededor de dos millones de litros por tonelada de litio. «¿Transición para quién? ¿El litio para quién?», se pregunta Vidal; «el agua es para los pueblos y no para las empresas mineras», defiende.
La protección del agua es el nexo de unión de los testimonios de jóvenes iberoamericanos que recorren estos días Europa para sensibilizar sobre el cuidado del medio ambiente en la caravana por la ecología integral. Presentaron la iniciativa en Madrid junto a Enlázate por la Justicia en la sede de Manos Unidas; participaron en la Eucaristía presidida por el arzobispo de Madrid, José Cobo, y también en la Jornada Mundial por el Cuidado de la Creación, convocada por la Comisión de Ecología Integral de la archidiócesis madrileña. Valladolid y Santiago de Compostela han sido otras de las paradas de esta caravana.
Guillerme Cavalli, representante de Brasil, reclamó en el acto en Madrid, en el que estuvo presente junto a Vidal y a otros tres jóvenes, que se desinvierta en minería. A continuación salió el nombre de San José do Brumadinho, un lugar en el que se construyó una presa y se contaminó su agua. En 2019 la presa se rompió y murieron 270 personas. El documental La ilusión de la abundancia, proyectado el pasado lunes en la Fundación Pablo VI, recuerda lo ocurrido.
Los jóvenes no vinieron solos: llegaron a España acompañados por Noel Londoño, obispo de Jericó, en Colombia, quien contó que las empresas mineras se presentaron en su despacho e intentaron buscar su apoyo a cambio de una catedral hecha de cobre. «Me levanté, abrí la puerta y les di las gracias por la visita». La gira europea, que comenzó en España, coincide con el Tiempo de la Creación. El pasado miércoles participaron en la audiencia general del Papa y la gira continúa, hasta el día 30 de septiembre, por Bélgica, Italia y Alemania.