Ianire Angulo: «El abuso sexual es el culmen del abuso de poder» - Alfa y Omega

Ianire Angulo: «El abuso sexual es el culmen del abuso de poder»

Ianire Angulo, profesora de Teología de la Universidad Loyola, pronuncia una conferencia sobre conductas opresivas en la vida consagrada

Yago González
Los institutos de vida consagrada son lugares vulnerables para los abusos de poder y conciencia. Foto: Cathopic.

«Los abusos sexuales son el culmen, la versión más extrema de otro tipo de abusos: los de poder y conciencia». Con esta rotundidad se ha referido este sábado Ianire Angulo, profesora de Teología de la Vida Religiosa en la Universidad Loyola, al problema de los escándalos sexuales en varias instituciones de la Iglesia católica. Angulo ha pronunciado una conferencia al respecto dentro de las jornadas Abuso de poder y de conciencia en la vida consagrada, organizadas por el Instituto Teológico de Vida Religiosa.

Angulo ha recordado que «todos los estudios que se están haciendo desde fuera de la Iglesia para analizar lo que está pasando apuntan a un problema en el sistema de gobernanza», lo cual «aumenta la complejidad del problema, que se convierte en una realidad mucho más escurridiza en la que el margen para la manipulación es inmenso».

La teóloga, que es religiosa esclava de la Santísima Eucaristía, ha señalado que la raíz de buena parte de estos abusos se halla en una manipulación del voto de obediencia y de humildad «y de los grandes ideales del Evangelio, como la entrega de la vida y la negación de uno mismo». «Ahí está la gran perversión de la Buena Noticia de Jesucristo, utilizándola para manipular, dominar y entrar en el sagrario de cada uno, que es la conciencia», ha denunciado Angulo.

También ha lamentado que no hayan sido los propios institutos religiosos los que dieran la voz de alarma, sino que la mayoría de denuncias e investigaciones «han venido de fuera». «De hecho, todavía hay muchísimas resistencias», ha advertido Angulo, que ha señalado que en muchos casos los abusos solo empiezan a esclarecerse cuando ex miembros de las organizaciones denuncian públicamente lo sucedido. «Cuántos hermanos y hermanas nos han contado que buena parte de su decisión de abandonar la institución tiene que ver con unas vivencias abusivas», ha asegurado.

El problema es el cesto, no las manzanas

Angulo ha indicado que «los datos nos demuestran que no se trata solo de personas sueltas con problemas psicológicos, lo que se conoce como ”manzanas podridas”, sino que tiene más que ver con el contexto, es más estructural». «Hablar de ”manzanas podridas” nos libera, nos exime de responsabilidades. Quizá sean los cestos los causantes de que se pudran las manzanas, y todos somos responsables de los cestos», ha ilustrado.

Asimismo, la profesora se ha referido a otra de las grandes causas, muchas veces citada por el Papa Francisco: el clericalismo en la gobernanza. «No nos referimos a que el problema sea el ministerio ordenado, sino a una forma de entender el gobierno por parte de personas que no conciben el ministerio como un servicio, sino como una herramienta de poder», ha explicado. «Las instituciones religiosas hacemos discursos estupendos sobre el servicio desde las posiciones de autoridad, citando el lavado de pies que hace Jesús, pero una cosa es la teoría y otra la práctica, especialmente cuando se justifican algunas prácticas en nombre del Evangelio», ha advertido.