«El aborto solo cabe en un sistema machista, enfermo y permisivo con la violencia» - Alfa y Omega

«El aborto solo cabe en un sistema machista, enfermo y permisivo con la violencia»

El testimonio de Leire forma parte de los actos de la Marcha Sí a la Vida que tiene lugar este domingo en Madrid

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Fundación RedMadre

«Recibir la noticia de que estaba embarazada fue un golpe muy duro, no entraba en nuestros planes, estaba muy perdida. Era un marrón y busqué soluciones porque estaba superada. Quería eliminar eso de mi vida como si nunca hubiera sucedido, y sin supuestos daños secundarios»: así narra Leire en un video difundido por RedMadre el aborto al que se sometió hace años, con ocasión de la Marcha Sí a la Vida que va a tener lugar este domingo en Madrid, desde Serrano hasta la Puerta de Alcalá, a las 12 horas.

Cuando supo la noticia de su estado, Leire se lo contó a sus padres, junto a su decisión de abortar, «y para mi sorpresa su reacción fue de completa aprobación», reconoce.

Así, el día en que fueron al centro abortista elegido «fuimos como quien va a la peluquería. Salimos de la sala y de eso no se volvió a hablar nunca más. No lo hablamos ni en mi familia, ni yo con mi pareja», recuerda Leire.

Pero aquello que pasó allí dentro «volvería más tarde a mi conciencia», ya que Leire comenzó una terapia para tratar unos vértigos que le sobrevenían en situaciones de estrés: «Aparentemente mi vida estaba bien, pero había algo que me molestaba. Esa terapia me hizo ser consciente de muchas cosas a las que estaba cegada. Estaba anulada como mujer y como ser humano».

En ese camino de terapia «salió el tema del aborto con toda su fuerza y me di cuenta de que había cometido un error gravísimo». A día de hoy «es una herida que no está curada y que no sé si se curará alguna vez. Fue el mayor error de mi vida. Ese dolor que llevaba dentro era un dolor infinito», confiesa.

Pero no es la única: «Millones de mujeres como yo lo tapan, y le quitan importancia, porque no puedes soportar verlo como es: que le has quitado la vida a un ser humano que venía al mundo. Pero por dentro ya estás rota… La culpa que sientes es terrible».

La buena noticia es que Leire salió de ese abismo «gracias a personas conscientes de que la vida es sagrada y de que nadie tiene el derecho a quitársela a otro ser humano. Son personas que tienen suficiente amor como para comprender por lo que estaba pasando, que no me culparon, y que me ayudaron también a también a reconocerme como víctima, algo a lo que al principio me resistía».

Porque para Leire «todas las mujeres que han abortado son víctimas de un sistema machista que permite y defiende el aborto como un derecho y algo legítimo para la dignidad de la mujer. Eso solo cabe en un sistema social enfermo y permisivo con la violencia».

Para ella, «el activismo feminista debería luchar también por los derechos de la mujer embarazada, y acompañarla en todo lo que necesite, porque muchas mujeres abortan por motivos económicos».

Leire ha encontrado esa compañía después en la organización RedMadre, que acompaña a las mujeres de forma económica y psicológica para que puedan llevar a término su embarazo», un apoyo imprescindible «porque de las mujeres que piensan en abortar y cuentan con este tipo de apoyo, al final las que lo hacen suponen un porcentaje mínimo».