Drogas: un primer recurso para romper la barrera de pedir ayuda

En España, las drogas con mayor prevalencia de consumo en la población de 15 a 64 años son el alcohol, el tabaco, el cannabis y la cocaína. Son datos que ofrece el Atlas de Adicciones en España elaborado recientemente por la Universidad Loyola.

Según sus datos, el 77,2 % de los habitantes de nuestro país han consumido alguna vez alcohol con patrones de consumo intensivo. Así, las borracheras en el último año alcanzan el 19,4 %, mientras que la tasa de bebida en exceso en los últimos 30 días se sitúa en el 15,4 %. El alcohol es también la sustancia que más consecuencias sociosanitarias presenta, siendo la que más admisiones a tratamiento genera, estando presente en el 40 % de las urgencias relacionadas con el consumo de sustancias.

Respecto al consumo de tabaco en algún momento de la vida, el patrón de valores es similar al del consumo de alcohol, mientras que el cannabis es el responsable de más del 95 % de las admisiones a tratamiento en menores. Por su parte, el consumo de cocaína en el último año es inferior al 3 % en la población general, pero es la sustancia ilegal que más admisiones a tratamiento genera y está vinculada al 50 % de las urgencias relacionadas con el consumo de sustancias. Por último, la heroína es una sustancia que no se detecta bien en las encuestas, pero está presente en el 60 % de los fallecidos por reacción aguda al consumo de sustancias.

Respecto a las adicciones comportamentales, el 1,7 % de la población española presenta un patrón de posible trastorno del juego. Y, sin estar reconocida aún como adicción, el 3,5 % de la población dice hacer un uso compulsivo de internet.

Este es el panorama general básico de las adicciones en nuestro país, un desafío al que se enfrentan todos los días multitud de profesionales y voluntarios que trabajan en alguno de los innumerables recursos de tratamiento dispersos por nuestra geografía. Para tener una visión unificada de todos ellos ha nacido este Atlas de Adicciones en España.

Debido a que los servicios de atención a las adicciones presentan un elevado grado de fragmentación a nivel territorial, el estudio supone un registro estandarizado de los recursos de las comunidades y ciudades autónomas, presentado a través de mapas, que ayudará en la toma de decisiones en planificación y políticas por parte de los entes públicos, técnicos y gestores.

«Las adicciones son un problema de salud pública de primer nivel que afecta no solo a las personas que las padecen, sino también a sus familiares, sus amigos y a la sociedad en general», señalan sus autores en la introducción. De este modo, las adicciones generan «problemas graves de salud mental y física», que suponen altos costes directos e indirectos y la «estigmatización» de las personas que sufren adicciones, lo cual constituye «una barrera para que éstas acudan a los servicios sociosanitarios disponibles».