Otra prioridad del año que termina ha sido la formación del laicado. Joeluis Cerutti suscribe, en este sentido, las palabras del cardenal Martini: «El laicado es el gran gigante dormido de la Iglesia». A lo que matiza: «No por malo, sino porque a veces le faltan herramientas». Por ello una de las iniciativas de la archidiócesis es el LAB Jóvenes Madrid, donde Cerutti es uno de los responsables. Se trata de una escuela integral para jóvenes que quieran ser agentes pastorales siguiendo las claves del Papa Francisco en la exhortación apostólica Christus vivit. Durante el curso pasado, un grupo inaugural recibió un primer ciclo.
Cerutti detalla que «el gran reto de este curso ha sido no solo repetir esa experiencia», sino diseñar también un itinerario significativo para los veteranos que ahora están en la segunda etapa del proceso.
Este joven reivindica que los coetáneos suyos que pasen por esta formación «el día de mañana serán padres de familia» e impulsarán sus parroquias, pues «sin quitarle el rol a los sacerdotes y obispos», apunta que «el anuncio del Evangelio no es misión exclusiva de los ministros».
Para los laicos no exclusivamente jóvenes, en estos meses «hemos definido tres niveles que vamos a testar a partir de febrero», nos adelanta José Luis Segovia, Vicario Pastoral de la archidiócesis. El primero «tiene naturaleza mistagógica y experiencial, quiere ayudar a personalizar gozosamente la fe y testimoniarla con naturalidad». Y se articulará con cuatro reuniones los sábados a partir del 21 de febrero «con un grupo de personas seleccionadas» con las que «se experimentará un tema».
Segovia cuenta que, tras este primer nivel, la archidiócesis ofrecerá en Pascua un segundo. Tendrá lugar en la Vicaría VIII —también en su parte rural— y servirá como test antes de ampliar la oferta a todo el territorio. Finalmente, la Iglesia de Madrid ofrecerá un tercer nivel con «contenidos más específicos y propios de las distintas delegaciones y áreas de pastoral sectorial». Pero esta formación «no es de corte académico, sino con vocación pastoral, y quiere estar muy pegada al terreno de quien la demande».