Dos españoles, un misionero en China y una familia mártir del nazismo más cerca de los altares
El Papa ha aprobado los decretos que reconocen el milagro, las virtudes heroicas y el martirio de varios candidatos
Tras recibir este sábado al cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, Francisco ha autorizado distintos decretos que reconocen las virtudes heroicas de dos españoles entre otros candidatos.
Será venerable José Marco Figueroa, religioso profeso de la compañía de Jesús. Nació en 1865 en Tinajo, en Lanzarote. Poco después la familia emigró a Uruguay. El jesuita fue portero del colegio Inmaculada Concepción de la localidad argentina de Santa Fe durante 52 de sus 54 años de vida religiosa. Murió en esa localidad en 1942 con fama de santidad. Diez años después, cuando se trasladaban los restos de los jesuitas de un cementerio, el cuerpo de José Marco Figueroa se encontró incorrupto. Además de este prodigio, muchos fueron los testimonios que dieron fe del testimonio sencillo de este portero de escuela.
El Papa también ha declarado venerable a Magdalena Aulina i Saurina y fundadora del Instituto Secular de Operarias Parroquiales. Magdalena nació en Gerona en 1897 y falleció en mayo en 1956. Tuvo dos hermanas religiosas y ella misma quiso serlo, pero no quería serlo en un convento, sino en el mundo. Así, optó por la consagración secular, una fórmula a la que se unieron más jóvenes que formaban parte de Casa Nostra, el incipiente instituto que había creado Magdalena. Pese a que esta incipiente realidad crecía y cada vez adquiría más forma, el obispo de Gerona se opuso a ellas. Magdalena y sus compañeras se trasladaron a Pamplona por petición del obispo de aquella diócesis. En 1962 la Santa Sede aprobó este Instituto Secular.
Entre los nuevos beatos se encuentra la familia Ulma, Józef y Wiktoria y sus siete hijos, uno de ellos en el vientre materno. Los Ulma, profundamente católicos, escondieron a ocho personas judías en el ático de su casa durante la persecución nazi. Los protegieron durante un año y medio hasta que fueron hallados por la Policía azul, la policía nazi de la Polonia ocupada. En 1995 fueron reconocidos como Justos entre las naciones por el memorial Yad Vashem. En 2003 comenzó su proceso de beatificación y este sábado Francisco ha reconocido su martirio.
Una novedad de estos decretos es que por primera vez se declara venerable a un fiel por haber ofrecido su vida en un acto de caridad. Franz de Castro Holzwarth, abogado laico brasileño de 38 años, eligió quedarse como rehén en lugar de un policía militar durante un motín en una cárcel de Jacareí en 1981. En este caso, sigue haciendo falta un milagro para que sea beatificado.
El gran misionero jesuita Matteo Ricci también será venerable. El sacerdote fue apóstol en China entre los siglos XVI y XVII. Ricci fue el primer misionero extranjero que pudo vivir y morir en la China imperial de los Ming. Aprendió el idioma de una forma tan precisa que incluso escribió varios libros en chino e hizo traducciones de importantes obras chinas. Además de lingüista, fue matemático, geómetra, teólogo… fue un hombre de vasta cultura. Coincidió en el imperio chino con otro jesuita español, Diego de Pantoja.
El Santo Padre además ha autorizado los decretos de virtudes heroicas de Ugo de Blasi, sacerdote diocesano italiano fallecido en 1982; de Alessandro Woźny, sacerdote diocesano polaco fallecido en 1983 en Poznań; de Ignazio Posadzy, sacerdote diocesano, cofundador de la Sociedad de Cristo para los Emigrantes Polacos y fundador de la Congregación de las Hermanas Misioneras de Cristo Rey para los Emigrantes Polacos, fallecido en 1984 en Puszczykowo, en Polonia; de Martin Benedict, sacerdote profeso de la Orden de los Frailes Menores Conventuales, fallecido en Rumanía en 1986; de Miradio della Provvidenza di San Gaetano, fundadora de la Congregación de las Pobres Hijas de San Antonio, hoy Religiosas Franciscanas de San Antonio, fallecida en Nápoles en 1926; de Maria Ignazia Isacchi, fundadora de la Congregación de las Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de Asola, fallecida en Seriate, Italia, en 1934; de Margherita Crispi, fundadora de la Congregación de las Hermanas Oblatas del Divino Amor, fallecida en Roma en 1974; de Margherita Maria Guaini, fundadora de la Congregación de las Hermanas Misioneras de Jesús Eterno Sacerdote, fallecida en Varallo Sesia en 1994; de Teresa Veronesi, monja profesa de la Congregación de las Hermanas Mínimas de Nuestra Señora de los Dolores, fallecida en 1950 en Sant’Agata Bolognese; de y Luisa Guidotti Mistrali, laica consagrada de la Asociación Médica Misionera Femenina, fallecida en 1979 en Zimbabue.