De Sotheby's y ARCO a tocar el corazón de los no creyentes con su pintura - Alfa y Omega

De Sotheby's y ARCO a tocar el corazón de los no creyentes con su pintura

María Tarruella expone 30 pinturas de arte abstracto «con los que llego mejor a los alejados»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
María Tarruella trabajando en una de sus obras. Foto cedida por la autora.

Desde este jueves 5 de mayo hasta el 19 de junio los cuadros de la pintora María Tarruella estarán expuestos en el Palacio del Infante Don Luis de la localidad madrileña de Boadilla del Monte. Tarruella, que ha sido directora comercial de ARCO y subdirectora del Departamento de pintura del siglo XIX en Sotheby’s, ofrece así una muestra de su arte abstracto, de inspiración totalmente religiosa, inspirado en lo vivido durante el confinamiento: «Era un momento en el que el deseo general de todo el mundo fue la naturaleza. Cada cual soñaba con pasear por el parque o ir al campo, y para mí esa es la presencia de Dios más inmediata, una explosión de vida», afirma.

Así nació una primera serie de obras a la que siguió otra que tenía como argumento la actitud ante la crisis económica que vino después, en la que la pintora anima «a dejarte llevar, a pensar que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros, a confiar y entregarnos a Él…».

El resultado de todo este proceso son 30 cuadros de arte abstracto para los que la pintora ha utilizado diferentes materiales según el mensaje a transmitir: «ceniza para expresar nuestro dolor», o cera de abeja «como símbolo del amor de Dios, que te abrasa pero es dulce al mismo tiempo».

En este sentido, Tarruella también utiliza «pintura fosforescente, que hace tridimensional al cuadro, y permite ver sus matices solamente en la oscuridad, para simbolizar que cuando lo ves todo negro, siempre hay una luz escondida que te espera».

En cuanto al proceso del que nace cada cuadro, María Tarruella explica que «Dios me lo chiva, tras una Misa o durante una adoración». En este sentido, sus pinceladas «surgen de una conversación con Él, de una oración», lo que hace que cada pintura tenga «un mensaje personal para cada uno que lo ve. Es algo que no puedo controlar, sale lo que sale. No le doy a nadie el cuadro “masticado”, sino que requiere la participación y la biografía personal del que lo ve, del que entra en la obra».

Todas sus pinturas están bendecidas por un sacerdote, «para que Dios y el cuadro hagan su acción, pues es la presencia de lo sagrado que hay ahí la que impacta en el espectador». De hecho, ella firma detrás del lienzo, no delante, «porque el autor no interesa. Cuanto más ego quitemos de todo en esta vida, mejor», exclama.

Así, los no creyentes reciben mejor su obra «porque no vienen con ideas preconcebidas, reconocen con más facilidad la fuerza y la energía de cada cuadro, sin expectativas». Como le pasó a uno de sus clientes, que al poco de comprar una de sus pinturas fue diagnosticado de un cáncer terminal y le confesó: «Solo tengo paz ante tu cuadro». Tiempo después, Tarruella lo volvió a ver totalmente recuperado: le habían operado con éxito y él volvía convertido a Dios después de un viaje a Medjugorje. «Se ve que Dios se busca la vida como puede para llegar a los alejados», sonríe la pintora.

Mysterium, en la UPSA

La Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA) acoge del 5 al 20 de mayo en el Claustro del Patio Barroco la exposición Mysterium. La muestra, impulsada por el alumno de la Facultad de Teología de la UPSA Saúl Alija, aglutina varias obras realizadas en óleo sobre tabla, todos ellos retratos de distintos santos cuya figura ha jalonado la historia de la Iglesia.

Mysterium es para este joven artista una exposición «que entra en contacto con el lenguaje artístico del hombre posmoderno, el hiperrealismo y las vanguardias», transmitiendo su experiencia de fe y la de los grandes santos «de manera cercana al hombre de hoy». «Igual que se ha evangelizado con el retablo durante siglos, hoy uso el retablo como defensa de los consejos evangélicos en los santos», dice Alija.