Director de la agencia de viajes del Papa: «Hemos interrumpido nuestros vuelos a Israel» - Alfa y Omega

Director de la agencia de viajes del Papa: «Hemos interrumpido nuestros vuelos a Israel»

Remo Chiavarini dirige Opera Romana Pellegrinagi. Ha debido renunciar a los tours en Tierra Santa, que suponen un 40 % de su negocio

Rodrigo Moreno Quicios
Remo Chiavarini en Roma durante un acto con la Embajada de Paraguay ante la Santa Sede
Remo Chiavarini en Roma durante un acto con la Embajada de Paraguay ante la Santa Sede. Foto: Rodrigo Moreno Quicios.

¿Cuáles son los orígenes de la Opera Romana Pellegrinaggi?
Nacimos hace 90 años porque las parroquias necesitaban ayuda para organizar peregrinaciones por Italia, Lourdes y esa Biblia que supone Jerusalén. Siguen siendo los destinos principales a día de hoy. También Fátima como santuario mariano es muy importante y toda Tierra Santa, no solo Israel, también Turquía, Jordania y Grecia. Es una peregrinación, no son viajes para ver el mundo sino para encontrarse con los lugares de la fe. 

A partir de los años 50, el mundo cambió. Aumentaron las posibilidades de transporte y nos convertimos en una estructura que no trabaja solo para la diócesis de Roma. Desde hace 20 años acogemos también a los peregrinos de todo el mundo que vienen aquí. Les ayudamos a que vivan una experiencia ad extra y ad intra

¿Se les puede llamar la agencia de viajes del Vaticano?
En realidad estamos vinculados sobre todo al Vicariato de Roma, aunque hay una relación muy fuerte con la Santa Sede. Y el Santo Padre, antes que Papa, es obispo de Roma. 

¿Están muy ocupados de cara al Jubileo de 2025?
Roma es un eterno Jubileo. Y aparte del que sucederá, este año hemos tenido un flujo enorme de turistas. El problema es siempre ese, que la diferencia entre turistas y peregrinos es enorme y es necesario gestionarlo. Posiblemente la gente que venga el año que viene tenga una actitud más de peregrino. 

¿Qué criterios siguen para proponer los viajes?
Debe ser una propuesta espiritual. Todo sale bien cuando está claro que la meta es religiosa. También puede ser un viaje hacia fuera, misionero, a un país de África o Asia. Allí la dinámica cambia un poco. Se conoce al pueblo y la cultura, pero la disposición debe ser la misma, la de ver el mundo con una mirada más allá de la del simple turista. 

¿Cuántos viajes organizan y adónde?
Tenemos Israel como meta principal, pero ahora, con la guerra, hemos interrumpido momentáneamente la experiencia. Casi el 40 % de nuestros viajeros van allí. Otro 30 % va a Lourdes y Fátima. En los últimos años hemos introducido Czestochowa y Medjugorje porque estaban muy solicitadas, pero son dos rutas delicadas y queremos acompañar al peregrino para que tenga una experiencia eclesial. 

¿Tienen muchos destinos en España?
España siempre ha sido uno de nuestros destinos. Está llena de lugares vinculados a santa Teresa, san Juan de la Cruz, san Ignacio de Loyola… Con tantos itinerarios posibles, es fácil unir la dimensión religiosa, turística y cultural. Tenemos rutas que recorren el sur de España hasta Barcelona. Otras veces lo conectamos con el Camino de Santiago y con Fátima, en Portugal. 

¿Cómo logran darse a conocer?
Antes teníamos un catálogo que salía una vez al año y lo mandábamos a todo el mundo. Pero ya no se usa este elemento impreso, el mundo ha cambiado por la informática e Internet. Ahora intentamos darnos a conocer a través de esos medios, aunque también aparecemos de vez en cuando en el Avvenire con nuestras propuestas. Otra de nuestras características es que no trabajamos solo con grupos también podemos organizar un viaje para una o dos personas. 

¿Cuántos clientes tuvieron el año pasado?
Fueron unos 10.000, que no es un número enorme, pero sí significativo porque las experiencias suelen ser de una semana o diez días. Se alojan siempre en estructuras hoteleras que sean capaces de acogerles en condiciones. La comodidad es indispensable y a veces comporta un coste importante. A veces no parecen precios económicos pero muchos de nuestros viajeros son también personas mayores y frágiles y para ellos no vale cualquier estancia. 

¿El servicio que prestan es sostenible económicamente?
No tenemos ánimo de lucro, pero tampoco podemos ser una carga para la diócesis. De hecho, hemos sido una ayuda. Ha habido pequeños beneficios y hemos ayudado a construir iglesias. Y debemos cubrir el sueldo de nuestros 80 trabajadores.