Día de ayuno y oración en EE. UU. en el aniversario del sueño de Martin Luther King - Alfa y Omega

Día de ayuno y oración en EE. UU. en el aniversario del sueño de Martin Luther King

Mientras las protestas raciales se vuelven a reavivar en Estados Unidos, el presidente del Comité Ad Hoc contra el Racismo, de la Conferencia Episcopal del país, ha convocado para este viernes una jornada de ayuno y oración en reparación por los pecados de racismo. Las promesas de las que hace 37 años habló Martin Luther King durante la Marcha sobre Washington «aún deben ser satisfechas»

María Martínez López
Foto: AFP

28 de agosto de 1963. Un cuarto de millón de personas llegadas de todas partes de Estados Unidos, el 80 % afroamericanas, llena a rebosar el memorial a Lincoln en Washington, D. C. El reverendo Martin Luther King Jr. coge el micrófono y pronuncia un discurso que marcará un antes y un después en el movimiento por los derechos civiles de los negros:

«Tengo un sueño, de que un día esta nación se elevará y vivirá el verdadero significado de su credo: “Creemos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales’. (…) Tengo el sueño de que mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una nación donde no serán juzgados por el color de su piel sino por el contenido de su carácter. Yo tengo el sueño de que un día cada valle será exaltado, cada colina y montaña será bajada, los sitios escarpados serán aplanados y los sitios sinuosos serán enderezados, y que la gloria del Señor será revelada y toda la carne la verá al unísono. Esta es nuestra esperanza. (…) Con esta fe seremos capaces de trabajar juntos, de rezar juntos, de luchar juntos, de ir a prisión juntos, de luchar por nuestra libertad juntos, con la certeza de que un día seremos libres».

En el aniversario del célebre discurso, especialmente significativo en el contexto actual de violencia y protestas en torno al racismo, la Iglesia invita a los fieles a vivir un día de oración y ayuno. Tanto este viernes como el 9 de septiembre, fiesta de san Pedro Claver, se les pide que ofrezcan la Misa al Sagrado Corazón de Jesús en reparación por los pecados de racismo, además de rezar el rosario, la oración de los obispos por la sanación racial, y a pedir la intercesión de san Pedro Claver y a santa Katharine Drexel.

Una deuda aún sin pagar

La convocatoria parte de monseñor Shelton J. Fabre, presidente del Comité Ad Hoccontra el Racismo, de la Conferencia Episcopal Estadounidense, en una reflexión publicada con motivo de esta efeméride. En sus palabras, recuerda también la afirmación de King de que las palabras de la Constitución y la declaración de independencia eran «un pagaré del que cada estadounidense debía ser heredero», una promesa «de que a todos los hombres, sí, los negros como los blancos, se les garantizarían los derechos inalienables a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad».

Una promesa que, según el obispo, aún «debe ser satisfecha». «Debemos seguir implicándonos en la batalla contra los males actuales de nuestra sociedad», asegura, aludiendo a la agitación social de los últimos meses.

Protestas en Kenosha (Wisconsin). Foto: Kamil Krzaczynski / AFP

Protestas reavivadas

Las protestas en torno al movimiento Black Lives Matter, que se extendieron por todo el país y fuera de él a raíz de la muerte en mayo de George Floyd, se han reavivado en la última semana después de que un policía disparara siete veces por la espalda e hiriera de gravedad a Jacob Blake, un ciudadano afroamericano, mientras intentaba arrestarle.

La tensión en el lugar de los hechos, Kenosha (Wisconsin) siguió subiendo el miércoles cuando un adolescente blanco, Kyle Rittenhouse, mató a dos manifestantes. Rittenhouse, de 17 años, acudió con un rifle semiatuomático como parte de un grupo de hombres autodenominados protectores civiles armados, que incumplían el toque de queda para, según ellos, colaborar con la policía y proteger a la gente de los manifestantes.

«La violencia nunca puede ser el medio para lograr la paz y la justicia», criticó entonces monseñor Jerome Listecki, obispo de Milwaukee, en cuyo territorio se encuentra Kenosha. «Los pecados de violencia, injusticia, racismo y odio deben ser purgados de nuestras comunidades con actos de misericordia, con la protección y cuidado por la dignidad de cada persona humana, con respeto por el bien común y con la búsqueda inquebrantable de la igualdad y la paz».

«Compromiso de buscar pacíficamente la justicia racial»

Monseñor Fabre se hace eco de estas palabras. A continuación, reitera «nuestro compromiso de buscar pacíficamente la justicia racial», y subraya «el valor» y la dignidad de aquellos que «en este país son marginados por medio del racismo». Insiste además en la necesidad «de luchar por ellos, incluyendo a los no nacidos».

El también obispo de Houma-Thibodaux pide también «negarnos a creer, en palabras del doctor King, que “el banco de la justicia está en bancarrota”». E invita a no olvidar «el precio que él y tantos otros valientes testigos de todas las religiones y credos pagaron para traernos hasta este momento».