Demasiadas tragedias que solo crearán más odio - Alfa y Omega

Demasiadas tragedias que solo crearán más odio

La población de a pie, de un lado y de otro, sufre las consecuencias de la barbarie desproporcionada e injustificada

Alfa y Omega

Gabriel Romanelli, párroco católico de Gaza, estaba en Belén, donde se había desplazado para intentar conseguir medicinas para una religiosa, cuando estalló el ataque de Hamás a Israel y se declaró la guerra. Al cierre de esta edición intentaba volver al foco del conflicto, pero nos decía, angustiado, que «todos los caminos están cerrados para entrar». «La Providencia permitió que pasase esto», intentaba consolarse. No solo estaba preocupado por la virulencia de la situación, sino por lo que vendrá. Aunque se lo esperaban. Reconocía que en su parroquia habían comenzado los preparativos para una situación de emergencia. Y que el pueblo está «espantado por los secuestros. La mayoría habría deseado que nada de esto sucediera».

Mientras los medios de comunicación y las redes hierven con imágenes inimaginables de asesinatos, torturas y secuestros, porque la guerra 2.0 está instaurada ya en nuestra retina y no hay acto de violencia contra civiles que no esté debidamente documentada, la población de a pie, de un lado y de otro, sufre las consecuencias de la barbarie desproporcionada e injustificada. Los centros católicos de Gaza —parroquia, escuela— ya han acogido a 200 familias cristianas y musulmanas. Y el número aumenta cada día. Mientras, miles de israelíes han dejado vida y trabajo y se han lanzado a jugarse la vida para evitar que más niños de 10 meses tengan que quedarse huérfanos mientras unos terroristas asesinan a sus padres una tranquila tarde de otoño. O que una joven vea en un directo en Facebook como matan a su abuela. O que un padre se deshaga en dolor en directo en una televisión buscando a su hija, secuestrada en una moto mientras se divertía en un concierto. Dice el Patriarcado de Jerusalén que estas «demasiadas muertes y tragedias con las que tienen que lidiar familias tanto palestinas como israelíes crearán más odio y destruirán cualquier perspectiva de estabilidad». El fin de la violencia no es debatible.

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