Una declaración histórica contra la degradación del medio ambiente - Alfa y Omega

En el Tiempo de la Creación, la semana pasada, el Papa Francisco, el patriarca ecuménico Bartolomé y Justin Welby, arzobispo de Canterbury, emitieron una histórica declaración que llama a los cristianos a hacer frente a «la amenaza sin precedentes del cambio climático y la degradación del medio ambiente». ¿Por qué es importante y qué debemos hacer?

1. Es una oportunidad para crear un cambio real en el mundo. Semanas antes de la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, los cristianos tenemos la oportunidad de defender y crear un cambio real para nuestra casa común. «Ojalá no desperdiciemos este momento. Debemos decidir qué tipo de mundo queremos dejar a las generaciones futuras», escribieron los líderes.

2. A pesar de los pecados del pasado, todavía podemos hacer lo correcto. En el último tiempo «hemos maximizado nuestro propio interés a costa de las generaciones futuras…». Sin embargo, no todo está perdido: «Ahora tenemos la oportunidad de arrepentirnos, de dar un giro decidido, de ir en dirección contraria. Debemos perseguir la generosidad y la equidad en la forma en que vivimos».

3. El cambio climático es una cuestión moral y de vida. Como hizo el Papa con tanta fuerza en Laudato si, los tres líderes destacan cómo la crisis climática afecta de manera desproporcionada a los más vulnerables: «Hay una llamada innata dentro de nosotros para responder con angustia cuando vemos una injusticia tan devastadora».

4. Salir de estas crisis requiere una cooperación más profunda. El mundo está luchando contra diversas crisis actuales (emergencia climática, pandemia, hambre, economía). El camino pasa por aprovechar esta oportunidad «a través de una renovada corresponsabilidad global y una nueva solidaridad», que implica cambios para todos.

5. Todos somos necesarios. Los tres líderes cristianos no limitaron su llamamiento especial para el Tiempo de la Creación a los cristianos; invitaron a todas las personas e instituciones a hacer su parte. «Juntos, en nombre de nuestras comunidades, apelamos al corazón y a la mente de cada cristiano, de cada creyente y de cada persona de buena voluntad», escribieron.