Del 30 de junio al 2 de julio ha tenido lugar en El Escorial el curso Fe cristiana y ateismo en el siglo XXI, organizado por la Facultad de Teología San Dámaso, de Madrid, en el marco de los cursos de verano de la Universidad Complutense. Tras seis años de ausencia, la Facultad de Teología San Dámaso ha vuelto a participar. Ha sido una experiencia positiva por el nivel de las ponencias, el buen clima entre los participantes y la animación de los diálogos y mesas redondas.
El objetivo de este año era plantear la pregunta sobre Dios en la plaza pública y laica de una universidad civil. La Iglesia existe para que Dios, el Dios vivo y verdadero revelado en Cristo, sea dado a conocer, para que el hombre pueda aprender a vivir con Él, ante su mirada y en comunión con Él. Y hoy es enviada precisamente a hombres que se han alejado de Dios y no pueden volver a Él por sí mismos.
La Iglesia no puede desentenderse de esta tarea sin ser infiel a su misión. Con esta finalidad, el Papa Benedicto XVI creó el Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, en octubre de 2010. La Facultad de Teología San Dámaso se ha puesto a la estela de esta iniciativa papal. Se ha sentido llamada a mantener viva la pregunta y búsqueda de Dios en el ámbito intelectual como es la Universidad Complutense. Que no se descarte en ella la cuestión sobre Dios. Que esa cuestión llegue hasta las personas que se declaran agnósticas y ateas. Tales personas no quieren renunciar a la libertad de pensamiento, ni quieren ser adoctrinadas. Pero la cuestión de Dios es como un rumor que no cesa. Sigue resonando en los oídos de su espíritu. Y entre los ecos del rumor barruntan incluso la voz de una llamada. No pueden poner rostro ni nombre a ese rumor. No pueden creer en Dios. Pero tampoco quieren estar simplemente sin Dios. Pueden acercarse a Él, al menos, como el Desconocido. Este curso de verano ha sido como una prolongación de la hospitalidad de Dios que se ha hecho huésped nuestro en la Historia para invitarnos a todos a ser huéspedes de su mesa en el banquete de bodas de su Hijo, el Logos Creador del mundo.
La fe eclesial en Cristo no es enemiga de la razón, sino abogada de su grandeza. No puede cerrarse en el ámbito de su propia decisión. Necesita el amplio espacio de la razón, la confesión de Dios, del Logos y del Espíritu Creador. Y, a su vez, la razón necesita de la referencia y criterio de la fe para no crear fantasmas, para no volverse fría y cruel porque no hay nada sobre ella.
El curso ha sido el grano de arena de la Facultad de Teología San Dámaso al servicio del diálogo entre la fe y la razón. Diálogo que queremos proseguir porque enriquece a la teología y ayuda a mantener vivas en la universidad la búsqueda del fundamento último y las preguntas profundas, sin las cuales las ciencias particulares pierden su relación con el todo de la existencia y experiencia humanas, y sin las cuales la razón científica se empequeñece.