Cuidados paliativos en casa «porque están mejor atendidos» - Alfa y Omega

Cuidados paliativos en casa «porque están mejor atendidos»

A la espera de una ley de cuidados paliativos, las familias aprecian la atención a domicilio como la que se ofrece en Asturias

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Maite Feli casa
Maite y Feli en el pasillo de casa. Foto cedida por Maite Bardón.

Siempre que sale a la palestra del debate público el tema de la eutanasia, queda fuera del foco la ausencia en España de una ley de cuidados paliativos, una necesidad que sin embargo forma parte de la realidad cotidiana de muchas familias. Una de ellas es la de Maite Bardón: en 2020 su madre afrontó en su casa sus últimos meses de vida y desde el pasado mes de julio también acoge en su hogar a su hermana Feli, enferma terminal. En ambos casos ha podido disfrutar de asistencia médica y de enfermería de una de las 13 unidades de cuidados paliativos a domicilio que ofrece la sanidad pública en Asturias.

«Cuidar a mi madre y a mi hermana en casa ha sido y está siendo una experiencia muy humana; no solo porque el equipo de paliativos es siempre atento y amable, sino porque es mucho más llevadero para ella estar en casa y con su gente», afirma Maite. Además, «para mí es mucho más fácil, mucho mejor que pasarme día y noche en el hospital. Somos seis hermanos y podemos turnarnos para cuidar de ella en un entorno que para todos es muy cómodo».

Gracias a esta atención, «mi hermana Feli no tiene un dolor innecesario. Ella es enfermera y es consciente de que el final está cerca, pero sabe que no tiene crisis y que está muy controlada, sin dolores y sin angustias, lo que para todos nosotros es muy importante».

Gema del Valle es la enfermera de la unidad que acude periódicamente a casa de Maite. Trabajar en cuidados paliativos «te hace estar muy en contacto con el paciente, los conoces más a ellos y a su familia», señala.

Para la enfermera, la cercanía de los familiares «es un plus, porque están en su casa, no se sienten extraños y nadie los echa de la habitación. Pueden ver la televisión o hablar tranquilamente de sus cosas con el paciente cuando quieran y a la hora que sea, sin depender de los horarios del hospital. En la medida en que la familia puede, todos los cuidados los ofrecemos en casa, con ellos como protagonistas».

Así, en estos cuidados paliativos a domicilio «mandan los pacientes y su familia, no alguien de fuera», añade la enfermera, que deshace el mito de que en un hospital van a atender mejor a estos enfermos: «Muchos médicos tienen miedo de la morfina y solo la administran cuando el paciente ya no aguanta más; en casa, son los pacientes y su familia, en contacto continuo con la unidad, los que van viendo la necesidad de aumentar o no las dosis. Eso permite un control del dolor mucho mayor».

Asimismo, cuando llega el momento del duelo, «haber pasado ese último tiempo en casa lo hace todo más fácil», asegura Gema del Valle. «Han ido viendo el deterioro y son conscientes de que han hecho todo lo posible. Han pasado mucho tiempo con ellos y han visto la necesidad de la sedación cuando ha hecho falta. Eso hace que se queden a gusto, con buena conciencia y muy agradecidos porque saben que han cuidado de ellos hasta el final. Es un duelo muy distinto».

Todo esto hace que «ya no quieran llevarlos al hospital, porque saben que están mejor en casa». Así, «la primera vez que vamos a su domicilio —reconoce— nos abren la puerta con reparos, pero después de un tiempo, al marcharnos, dicen: “¿Cuándo volvéis?”».

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