«Cuanto más ahorres y más renovables uses, mejor vivirás» - Alfa y Omega

«Cuanto más ahorres y más renovables uses, mejor vivirás»

La crisis por el precio del gas y la luz ha mostrado la urgencia de avanzar hacia una transición energética que «tiene mucho que ver con el estilo de vida», de acuerdo con el V Seminario de Ecología Integral

María Martínez López
Aerogeneradores en la meseta del Páramo de Masa, en Burgos. Foto: ABC.

En su mensaje para el Tiempo de la Creación, que concluye el 4 de octubre, los obispos españoles recordaban que «la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora». Por ello, se planteó para el V Seminario de Ecología Integral, organizado por la Conferencia Episcopal Española, Enlázate por la Justicia y la Fundación Pablo VI, el tema Sostenibilidad, crisis energética y extractivismo. La idea surgió hace seis meses, pero desde entonces se ha demostrado su actualidad. Una dependencia energética de la que no éramos del todo conscientes ha generado «una subida del coste de la vida que afecta a los más vulnerables», apunta Fernando Fuentes, su coordinador.

Pedro Linares, director de la Cátedra BP de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Pontificia Comillas, explica que el comienzo de la subida de la luz, en la primavera de 2021, se debió a la recuperación de la actividad económica tras la pandemia y a la subida del gas para producir electricidad. Luego llegó la guerra, con las amenazas al suministro. «Me parecería raro que tuviéramos problemas de cortes» este invierno en España, pues nuestro mercado energético está más diversificado que el centroeuropeo. Pero es «probable que los precios sigan por las nubes» y que «haya que tomar decisiones duras». Habrá gente que no pueda poner la calefacción y empresas «que tengan que parar». Todo ello, a no ser que «entren en acción mecanismos de protección». «Se están dando pasos», coincide Fuentes, por ejemplo con el bono social. Pero habría que buscar «más oportunidades, no ya solo para los pobres de las colas de Cáritas sino para los pequeños negocios».

Según Linares, hasta ahora «no terminan de solucionar» el problema. «El tope del gas está reduciendo» el precio de la luz, «pero no es tan automático como se piensa». Los cargos de la tarifa que «no se están cobrando» se tendrán que pagar en el futuro, porque «ese dinero ya está comprometido». Por último, la bajada del IVA «ayuda, aunque beneficia por igual a pobres y a ricos». Y desincentiva «un ahorro que ahora mismo es fundamental» entre quienes podrían permitírselo sin perjuicio.

Sus palabras apuntan a la necesidad de un cambio más profundo. La lección de esta crisis no es solo que «no tendríamos que fiarnos tanto» de algunos países exportadores de combustibles fósiles, afirma el director de la Cátedra de Energía y Sostenibilidad. Más allá de esto, «sus precios son de por sí volátiles y lo van a ser cada vez más». Por eso, esta crisis debe convencernos de que, «cuanto más ahorres y más renovables metas, mejor vas a vivir». Eso sí, sin caer en «los cuentos demasiado favorables que nos han contado. Aunque a largo plazo seguramente sean verdad, por el camino va a haber baches».

Más allá de la eólica y la solar

«Nadie serio niega que las renovables nos van a hacer salir de esta», asegura. Que no sean constantes «no es tan grave como parece». Para 2030 es relativamente sencillo llegar a que haya un 75 % de renovables en la red eléctrica, «con un sistema que amortigüe frente a las variaciones». Para alcanzar el 100 % en 2050, hará falta respaldar con otras renovables, como el hidrógeno. Es cara, pero «hay tiempo para que se abarate».

Eso sí, «tendríamos que estar desplegando más». El rechazo en los territorios, muchas veces desde una minoría «que lleva la voz cantante», es lógico porque «no se siguen los procedimientos ni se da voz a las entidades locales». Con todo, este impulso no debería hacerse a costa de dejar de dedicar tierras a la agricultura, que es clave en el contexto actual. Lo advirtió Rufí Cedran, de Cáritas Diocesana de Vic, durante el V Seminario de Ecología Integral.

«La prioridad energética debería ser la eficiencia y el ahorro», subrayó. Carlos García Paret, de Greenpeace, apuntó que «con los fondos europeos tenemos una gran oportunidad» para promover la rehabilitación de viviendas y la movilidad sostenible. Pero para ello hace falta más transparencia en la asignación y que lleguen a todos: personas, pequeñas empresas y municipios.

La solución, con todo, debe ir más allá. «La transición tiene mucho que ver con el estilo de vida; no puede fundamentarse solo en creer» que con las energías renovables «vamos a tener suficiente», apunta el coordinador del seminario. Varios de los expertos afirmaron que «hay necesidad de ir hacia no crecer tanto», relata. Pero reconoce que es una cuestión compleja porque hay que hacerlo de forma que la sociedad resultante «sea justa» y «no salgan perjudicados los de siempre». Como decían los obispos en su mensaje, las soluciones «requieren no solo de la innovación tecnológica y la adecuada financiación; también del diálogo político» para acordar y planificar cambios a nivel global y a largo plazo. Hace falta por último, coincidieron los expertos, generar optimismo y alertar sobre el cambio climático con sinceridad, pero sin un exceso de alarmismo, que paraliza.

Claves
  • 2/3 de la energía en España se importa (p. ej. de Argelia). En 2021, costó 46.500 millones de euros.
  • ¿Nucleares? Linares no ve rentable más centrales. Mantener las que hay «debe decidirlo la sociedad»: ahorro y menos emisiones contra residuos.
  • La crisis puede justificar volver a quemar carbón. Pero cuando los precios se estabilicen, habrá que «acelerar más» para reducir emisiones.
  • El ministro alemán de Economía en Nord Stream. En Europa se sufren menos los precios más altos porque hay más contratos a precio fijo.
  • 55 % menos consumo energético en España en 2050 que en 2007 con el plan Energía 3.0 de Greenpeace.
  • Basado en un informe de 2011, combina sistemas de eficiencia energética y gestión inteligente de la demanda, sin reducir calidad de vida.