Creatividad y apoyo a las víctimas de la crisis
La Iglesia de Madrid camina junto a empresarios, parados y trabajadores precarios con la mirada puesta en una reconstrucción de la sociedad desde la centralidad de la persona
En un contexto de crisis agudizada por la pandemia, hacen falta «creatividad, generosidad y altura de miras». Lo recordó el cardenal Carlos Osoro el jueves pasado, 15 de abril, en un encuentro con empresarios y directivos católicos organizado por Acción Social Empresarial (ASE). «Sois esperanza, y el papel del liderazgo que os compete lo tenéis que hacer sin dejar de lado la fe y los valores del Evangelio que os une», les dijo.
El arzobispo valoró que, aunque los dirigentes cristianos «tengan que tener un ojo en la cuenta de resultados» como todos, «se guían por otros indicadores de orden ético y de responsabilidad social que buscan favorecer una visión integral del ser humano, del trabajo digno que no se quede en lo cuantitativo». «No se trata de que haya unas finanzas cristianas», aseveró, sino de «que haya auténticos cristianos en el mundo financiero y en la dirección y administración de las empresas que pongan en el centro a las personas y sus necesidades y derechos».
Del trabajo digno y la centralidad de la persona se habló también en la XII Vigilia de oración con los que sufren la crisis, celebrada el pasado sábado, 17 de abril. En ella, el obispo auxiliar José Cobo aseguró que la pandemia es una oportunidad para descubrir «la necesidad que tenemos de reconstruir la sociedad, pero desde la humanidad».
Es necesario, animó, «buscar fórmulas nuevas para ponernos al lado de tanta gente» víctima de la precariedad, la destrucción del empleo, los trabajos indignos, el afán de lucro o la mercantilización del esfuerzo humano. «Desde las víctimas, desde las llagas del Resucitado, es desde donde se construye la comunidad», subrayó. Y son las víctimas la que «nos enseñan a hacer Pascua y a resucitar» porque «en ellas «Cristo se queda, y desde ellas alumbra la esperanza».
Unas víctimas que tienen rostro y nombre, y que estaban representadas en la vigilia a través de tres de ellas. Ángel, expresidiario, destacó cómo la Pastoral Penitenciaria lo ayudó en su integración social cuando salió de la cárcel. Laura, que se quedó en el paro al comienzo de la pandemia, contó cómo se sintió acompañada por una de las personas de su parroquia: «El primer día me llamó y me dijo: “¿Qué necesitas?”». Y Claudia, también en paro, explicó lo que para ella es esencial, más allá de las ayudas sociales: «El apoyo moral, alguien que te llame y te diga: “¿Cómo estás? Tranquila, vas a salir adelante”».