Corredores para superar el bloqueo migratorio en Canarias
Los obispos de Canarias lanzaron la semana pasada una alerta y una propuesta. La alerta es que en torno a un millar de jóvenes —en estos momentos, menores bajo la tutela de la Administración autonómica— se van a quedar en la calle en los próximos meses al cumplir 18 años. Lo harán sin nada, ni madurez ni capacitación ni apoyos para llevar a cabo una vida autónoma. La propuesta es la apertura de corredores de hospitalidad entre la Iglesia canaria y las diócesis del resto de España para rebajar la presión de los servicios asistenciales y de formación de la Iglesia.
Tanto la denuncia como la propuesta han encontrado el apoyo de la Asamblea Plenaria de la CEE. Esta misma semana, el Departamento de Migraciones está enviando una carta a los obispos y a los responsables de esta pastoral para que vayan coordinándose y preparando recursos por si se activa la derivación. Traer a los jóvenes a la península requiere la colaboración de las autoridades, que son las que tienen que facilitar la documentación. Por eso, también se prevén contactos con el Gobierno.
Este proyecto nace después de comprobar el éxito de la acogida a los ucranianos —con la creación de mesas de hospitalidad— y de la Mesa Rural del Departamento de Migraciones de la CEE, que ya ha permitido a algunos migrantes cambiar la ciudad por una nueva vida en los pueblos. La idea se inspira en los modelos de hospitalidad del Servicio Jesuita a Migrantes. No se trata solo de ofrecer alojamiento y alimentación, sino también soluciones a los problemas legales, formación, acompañamiento… «Vamos a ver qué proyectos y programas pueden acoger, a cuántas personas es posible acompañar y quiénes son los que pueden beneficiarse más o la gente que quiera participar», explica a Alfa y Omega el dominico Xabier Gómez, responsable del Departamento de Migraciones de la CEE.
- Al mismo tiempo que se aprobaron los corredores de hospitalidad, los obispos de Canarias lanzaron una nota para denunciar que en torno a 1.000 jóvenes migrantes se van a quedar en la calle en los próximos meses, al cumplir 18 años.
- Reclamaron a las administraciones que pongan los medios para retomar las derivaciones de menores y jóvenes migrantes a otras regiones.
- Y animaron a toda la Iglesia a ofrecer una respuesta integral a estos chicos para cubrir los vacíos del sistema.
La idea es que se incorporen a este movimiento de hospitalidad no solo las entidades religiosas que se dedican ya a las migraciones, sino que entren también otras congregaciones, familias y comunidades: «Puede que una familia quiera acoger a un chico en su casa y la parroquia pueda reforzar el acompañamiento o crear un proyecto para jóvenes».
Todo esto ya se está poniendo en marcha en la diócesis de Canarias gracias a la Mesa de Migraciones. De hecho, las entidades que la forman han sido las encargadas de elaborar el anteproyecto de corredores de hospitalidad, ahora en la CEE. Allí, seis organizaciones de Iglesia atienden en estos momentos a 1.250 jóvenes migrantes.
Una de ellas es Fundación Canaria MAIN, de las salesianas. Como explica su directora, Ana María Cabrera, en estos momentos acogen a 42 chicos y chicas en varios pisos tutelados en Las Palmas y Fuerteventura. Además ofrecen, a través del centro socioeducativo Boscoeduca, clases de español y capacitación de competencias clave y profesionales a 120 jóvenes. Otro proyecto, MAIN te acompaña, da cobertura a cerca de 70 chicos y chicas en situación de calle. Es tal la cantidad de solicitudes para la acogida en sus recursos que tienen lista de espera. Solo en MAIN hay 145 jóvenes aguardando una plaza. «Que tantos jóvenes se queden en la calle nos movió a dar fuerza a estos corredores de hospitalidad», dice.