El paso del viaje al nuevo año suele venir acompañado del entusiasmo festivo. No tarda en llegar, sin embargo, cierto desencanto. Ya lo decían los romanos: «Post festum, pestum». Después de la fiesta, ¡ay!, llega la fetidez. No en vano se dice que el tercer lunes de enero es el día más triste del año porque ya resulta claro que los buenos propósitos solo han quedado en eso.
Pues bien, para superar penas y frustraciones llega este precioso y útil libro de Krzysztof Lesniewski (Lodz, 1960), profesor en la Universidad Católica de Lublin y teólogo especializado en teología ecuménica y ortodoxa. Me refiero a Las enfermedades del espíritu. Diagnóstico y tratamiento en clave cristiana. El autor parte de una premisa que parecería de sentido común, pero que como vivimos en un tiempo atribulado no está de más tener presente: no basta tener buena salud de cuerpo, sino que también es necesario asegurarse una buena relación con la trascendencia. «El hombre moderno está expuesto a toda clase de peligros que arrastran su existencia hacia la ansiedad y la frustración». Al cristiano, la identificación del terapeuta no puede serle ajena: «Es evidente que solo Jesucristo puede ser considerado el médico y el terapeuta por excelencia de la persona. Él desea curar al individuo entero, es decir, en su espíritu, su alma y su cuerpo. Y lo hace principalmente a través de la Iglesia, que para el creyente es el genuino lugar de la salud y el verdadero hospital».
Este libro parte de la tradición cristiana —y especialmente de los padres de la Iglesia— para llevar al lector a un pabellón de diagnóstico, cuidado y recuperación espiritual sostenido por siglos de experiencia. Dividido en cinco capítulos, el primero se titula «Cómo mantiene un cristiano la buena salud». El segundo («Cuidar el corazón espiritual del hombre») incide en las características de un corazón espiritual sano: pensante, purificado, vigilado y vigilante, atento, ordenado, luchador, orante y aquietado. El tercer capítulo entra de lleno en el «Diagnóstico y tratamiento de las enfermedades espirituales» para pasar, en el cuarto, a las «Condiciones esenciales para una terapia espiritual». El quinto («El deseo de experimentar la presencia de Dios») sintetiza prácticas de cuidado espiritual que, sin duda, el lector conocerá, pero que ganan profundidad y relevancia con los testimonios.
El libro es generosísimo en citas bíblicas, pasajes de la Filocalia, textos de padres, santos y maestros espirituales de los primeros siglos de la Iglesia. No les oculto que esto me seduce y me conquista. En un tiempo de tanta fascinación por lo oriental —que no deja de tener mucho de consumismo espiritual— nuestro autor hunde su obra en la mejor tradición cristiana. En algunos aspectos, me recuerda a la bellísima Poética del monasterio (Encuentro, 2022), del profesor y erudito Armando Pego, que cita a san Bernardo de Claraval y a los grandes autores del Medievo cristiano recordando la autoridad que dan no solo las obras temporales, sino la propia santidad alcanzada. La Iglesia tiene unos veneros propios e inagotables que ofrecer a los hombres de nuestro tiempo. Así, el corazón ordenado, puede regresar a Nicetas Stéthatos, quien «enseña que gracias a la vigilancia y al ordenamiento del corazón podemos hacer de manera consciente la experiencia del Espíritu Santo». San Pedro Damasceno, san Macario de Egipto, san Filoteo el Sinaíta… Los autores son tantos que el lector puede necesitar un cuaderno, como le habrá pasado con los libros de Spidlik o las catequesis de Benedicto XVI dedicadas a los padres de la Iglesia. Las enfermedades del espíritu. Diagnóstico y tratamiento en clave cristiana es un magnífico libro para superar no solo los primeros reveses del año, sino las tristezas y las amarguras de nuestro tiempo.
Krzysztof Lesniewski
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2023
240
19 €