Consuelo en tiempo de pandemia… y guerras
El Papa aprovechó la bendición urbi et orbi para pedir que se lleve la esperanza de la Resurrección a quienes más sufren
Después de señalar en la Vigilia Pascual que «Jesús no es un personaje obsoleto», sino que «Él está vivo, aquí y ahora», el Papa Francisco aprovechó la tradicional bendición urbi et orbi del Domingo de Resurrección para pedir que se lleve esta esperanza a quienes más sufren. En un mensaje que siempre es un repaso del estado del mundo, tuvo, de partida, palabras para los más golpeados por la pandemia –enfermos, aquellos que han perdido a un ser querido, desempleados…– y para quienes la combaten en primera línea, al tiempo que volvió a pedir a la comunidad internacional un compromiso para «superar los retrasos» en la distribución de las vacunas y «promover su reparto, especialmente en los países más pobres».
Asimismo, el Sucesor de Pedro lamentó que «hay demasiadas guerras y violencias»; una vez más, abogó por frenar la «carrera armamentista», y puso la mirada en países a los que no siempre se presta demasiada atención. Pidió por su «querida y atormentada» Siria, que Irak siga su «camino de pacificación» y Libia encuentre «la salida», que se rompa el «silencio ensordecedor y escandaloso» en torno a Yemen, y por los presos de Nagorno Karabaj. Agradeció la lucha por la democracia de los jóvenes de Myanmar y la acogida de refugiados en Jordania y el Líbano, un país que «atraviesa un período de dificultades e incertidumbres». Habló del «futuro amenazado por la violencia interna y el terrorismo internacional» en zonas de África como el Sahel, Nigeria o las regiones de Tigray y Cabo Delgado. Reclamó «diálogo» a israelíes y palestinos…
«Jesús resucitado lleva las llagas impresas en sus manos, en sus pies y en su costado», aseveró el Papa, y estas heridas son un «sello perpetuo de su amor por nosotros». Los creyentes, cuya libertad de culto ha de ser respetada y garantizada en todos los lugares, hemos de mostrar este amor con palabras y obras. Que donde hay muerte y sufrimiento, haya vida y consuelo.